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martes, 31 de mayo de 2016

Las #2JHUCI en números

 
Hola a todos, mis queridos amig@s.
 
Terminaron las #2JHUCI dejando una estela cuali y cuantitativa, que esperamos que sirva para generar ese cambio en pequeños lugares, en muchos sitios, y que cambia el mundo.
 
Las Jornadas fueron un éxito de participación no solo a nivel de asistencia (lleno absoluto), sino también de interacción en las redes sociales (1591 tweets y un impacto potencial de 295.000 personas) y de seguimiento por los diferentes canales virtuales. 
 
Y estos son algunos de los datos:










Las #2JHUCI tuvieron además un gran seguimiento en directo en la red, con más de 4000 visitas a los módulos compartidos en Streaming y más de 100 conexiones a Periscope.
 
Y otro dato curioso e integrador, que habla de los primeros ecos globales y de que la H no sabe de idiomas: el post de ayer en castellano de Fer Campaña en Nuestra Enfermería (Tocados por la H de HUCI); la entrevista publicada ayer en El Diari de la Sanitat, en catalán; y por último el post de Iñaki Peña, H-Rekin, en vasco.
 
Gracias a todos los que generasteis ese mágico impacto en vivo y en el 2.0. Compartiremos todas las charlas de las jornadas, las fantásticas fotos que realizó Jordi Alcalá y el video resumen de tan fantásticos días (estamos en ello, gracias a Storyhealthing de Kitterunners films).
 
Bajemos la burbuja a tierra, y hagamos real el cambio.
 
Nos vemos en las #3JHUCI, a finales de mayo de 2017. Mientras tanto...¡SEGUIMOS!
 
Feliz Martes,
Gabi

martes, 24 de mayo de 2016

48 horas para las #2JHUCI

 


Hola a tod@s, mis queridos amigos.
 
Ultimando detalles para las II Jornadas de Humanización de los Cuidados Intensivos, como el acto inaugural en el que participará Pau Garro, el actual presidente de la Societat Catalana de Medicina Intensiva i Crítica (SOCMIC), Laura Maldonado de la Universidad de los Pacientes, un representante del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Barcelona, Cristina Muñoz del Centro de Humanización de la Salud y Pilar Delgado de Proyecto HU-CI.
 
 


 
 
Este año, además de contar con Streaming de parte de las Jornadas (módulos 2 y 4) y en directo por Periscope (ya os facilitaremos los enlaces por las redes y el blog), contaremos con la colaboración de Storyhealthing (de Kiterunnersfilms) que se encargará de fotografiar, grabar las sesiones y entrevistar a los asistentes y ponentes y que aportará ese valor emocional que tanto buscamos en Proyecto HU-CI. Os recordamos que podréis compartir vuestras impresiones y todo lo que queráis vía twitter usando #2JHUCI o en el grupo de Facebook de Proyecto HU-CI.
 
En este momento hay 250 personas inscritas a las Jornadas: los que aún no habéis formalizado vuestra inscripción podréis hacerlo el mismo día. Os confirmamos que las Jornadas han recibido la acreditación del Consejo Catalán de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias para todos los profesionales (auxiliares, enfermeros, médicos).
 
También os recordamos, como el año pasado, que gracias a las cuotas de inscripción podremos disfrutar de cafés en los descansos, cena tipo cocktail el jueves y comida el viernes. Y seguro que habrá alguna que otra sorpresa...
 
Con el deseo de que sean un verdadero punto de encuentro donde aprender unos de otros y compartir, solo nos queda daros las gracias a todos: asistentes, ponentes, moderadores, colaboradores, patrocinadores, Comité científico y Comité organizador.
 
Feliz Martes, ¡nos vemos en Barcelona!.
Gabi

sábado, 21 de mayo de 2016

Con mayúscula, por Vicente Gómez


Madrugada. Un despacho de hospital. Dos médicos, agotados, comunican el inminente fallecimiento en quirófano de un paciente a su familia. Tras un día de duro trabajo la fisiología, o la naturaleza entera, se les ha venido encima, cuestionando las falsas expectativas que, en no pocas ocasiones, sobrestiman las capacidades de su ciencia.

Nada a reprocharse. Sólo molesta en el estómago esa vieja sensación amarga de derrota, y alguna pregunta incómoda, por inútil, de qué cambiarían la próxima vez. Es difícil calmar, incluso con años de experiencia, a ese juez implacable de su ego, que les mejora, pero que tortura con la propia, y ficticia, insuficiencia. Ahora sólo queda el amargo trance de reconocer en público la cruel y temida realidad.

La familia, abatida, pero contenida, escucha en silencio sus explicaciones. Jerga técnica. "Lo intentamos con todo… fue imposible… no respondió". Parecen comprender. Una hija, enfermera, pregunta si pueden verle en quirófano antes de desconectarle. 

- "No es costumbre, ni es lo conveniente", responde tajante uno de los médicos.

- "¿Puedo insistir?. Para mí sería muy importante", replica la hija.

El otro médico la mira a los ojos. Percibe, como un latigazo, un dolor profundo, pero no hosco. Una pena arropada de dulzura y cortesía infinitas, de quien pide algo que no está en su mano conseguir. Un dolor digno, firme, que sólo busca un último asidero para evitar el desgarro. Una última gracia que es más que un capricho inconveniente. La despedida de quien, probablemente, ha sido el faro de su vida. El primer paso necesario para resolver un previsible largo y duro duelo.

Conmovido, el médico comprende, que no pueden negarse, amparándose en la fría costumbre, sin incurrir en la mayor de las crueldades. Tras convencer a su compañero, aun dudoso, acceden a su petición. Acompañan a la hija, con paso lento, rodeados de una luz blanca y espectral, que hiere los ojos tras reflejarse en las puertas metálicas de los quirófanos. El silencio es opresivo. Un desfile hacia la nada.

La hija se acerca a la camilla quirúrgica, y comienza a susurrar unas palabras inaudibles para ambos médicos. Permanecen allí, a prudente distancia, sin poder cuestionarse si es lo conveniente. Quizá sienten que, con su presencia y respeto en sus ojos bajos, solemnizan una ceremonia de una hondura que les trasciende y les inmoviliza. Se preguntan qué palabras pronuncia. Cómo se resume en unas breves frases una vida de recuerdos, enseñanzas y ternuras. Quizá, como el médico conmovido sólo supo decir a su madre en similar situación, “Buen viaje, a donde vayas mamá”. No hay lágrimas, ni sacudidas por los sollozos, solo un lento pero continuo musitar de sus labios, mientras le acaricia el cabello, con su cara pegada a la de él. Un beso y sale dirigiendo a los médicos un gracias que ilumina su rostro y destensa el de los dos profesionales, que tienen algo más que un nudo en la garganta.

Su cara parece relajada, a pesar de que en sus ojos se reconoce un sentimiento sobrehumano de pena, cercano al desfallecimiento. Como esa pálida virgen de Van der Weyden al pie de la cruz, que tanto admira el médico conmovido. Una entereza, que parece haberse afianzado por esos pocos segundos dentro, pero que el dolor puede hacer estallar con un mínimo soplo. Una contención de quien ha sido educada en el cariño, pero también en la adversidad y en la disciplina de la aceptación.


Una hora después, el médico conmovido sale a la sala de espera a cumplimentar el papeleo. Sus ojos se cruzan con los de la hija. En el segundo siguiente, ella le abraza efusivamente, en un impulso espontáneo y sincero que le sorprende y azora a la vez, mientras oye en un susurro un “Gracias, no olvidaré nunca, nunca, lo que ha hecho por mi esta noche al permitirme despedirme de mi padre”.

En la fuerza de esos brazos que le oprimen durante unos instantes encuentra, por fin, un sentido a toda la fatiga que le invade, tras oponerse muchas horas a lo inevitable. Porque en ese abrazo, se resume la verdadera razón que le llevó a hacerse médico hace más de treinta años. Si no curas, consuela y acompaña. Siente que, perdiendo una vida, su emoción, muchas veces desatendida, le ha permitido que otra vida pueda iniciar un duelo sin lastres. Piensa, confortado en sus brazos, que ha creado un lazo duradero con alguien admirable. Es él quien le está agradecido a ella por darle la oportunidad de ejercer de Médico. Con mayúscula.

Unidad de Cuidados Intensivos. 

viernes, 20 de mayo de 2016

Aulki Hutsak (Sillas vacías), por Iñaki Peña





“Aulki Hutsak” (Sillas vacías, Cadires buides, Empty chairs,…) es un documental de duelo y de esperanza. 



Sobre un tema universal, es un proyecto multilingüe hecho desde una óptica local. Recoge tanto vivencias personales como apuntes profesionales, intercalando ambas experiencias desde la óptica del “sanador herido”. Desde la experiencia personal y profesional del autor hasta englobar otras experiencias personales y humanas y ofrecerla estructurada como herramienta audiovisual con fines divulgativos y, por qué no, sanadores. Entre los participantes, contáis con profesionales conocidos como Izaskun Andonegi (Asociación Bidegin), Marije Goikoetxea (Universidad de Deusto), Julio Gómez (Hospital San Juan de Dios Santurtzi), Koldo Martínez (Complejo Hospitalario Navarra) o Imanol Querejeta (Hospital Universitario Donostia).

El documental, en versión original subtitulada, está dividido en 4 capítulos que van en graduación desde el dolor inicial hasta la esperanza, tratando el enfado como uno de los sentimientos posibles, y considerando esos “días perfectos” de las Navidades u otras fechas señaladas como momentos a veces especialmente difíciles. Con un epílogo en el que recogemos lo que fue una gran sorpresa para todo el equipo. Se acompaña de imágenes tomadas en localizaciones conocidas y no tan conocidas del País Vasco y Navarra, con una buena muestra de la música contemporánea en euskera. 

Estrenamos “AH” en diciembre de 2013, y desde entonces ya hemos realizado más de 60 proyecciones públicas en diferentes ámbitos, desde casas de cultura con público general a jornadas especializadas de Cuidados Paliativos entre profesionales. La película fue premiada en dos categorías en la 6ª edición del Festival Internacional de Cine Invisible de Bilbao en otoño de 2014. Participamos fuera de concurso asimismo en el XII Festival Internacional de Cines y Derechos Humanos de Donostia-San Sebastián y en el Festival de Cine Vasco – Zinemaldia de la Euskal Etxea de Barcelona. 

Ha sido proyectado en televisión en Euskal Telebista (uno de los patrocinadores) y en Hamaika Telebista. Ha sido patrocinado también por la Fundación La Caixa, las diputaciones forales de Bizkaia y Gipuzkoa, el Gobierno Vasco y la Universidad Pública Vasca UPV/EHU. Está producido por la cooperativa audiovisual “Arteman”.

Está disponible de forma libre en la red de bibliotecas públicas de País Vasco y Navarra. Asimismo lo tenéis en formato de DVD en las librerías “Garoa” de Zarautz y Donostia San Sebastián y también vía on-line en a través de la editorial “Ediciones Franciscanas”. 

Director y guionista de “AH”. 
Médico internista especializado en Cuidados Paliativos Hospital del Alto Deba. Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa)

jueves, 19 de mayo de 2016

La SOGAMIUC, también con la H

 
Hola a todos, mis queridos amigos.
 
 
 

 
Nuestros compañeros gallegos quieren conocer más a fondo el Proyecto HU-CI, para lo cual han creado la mesa "Nuevas tendencias en Cuidados Intensivos".
 
En esta ocasión, será la Dra. Mari Cruz Martín  quien ponga rumbo a Vigo para compartir este proyecto de todos en tan excelentes jornadas. En la misma sesión, se tratarán temas como el proyecto "Unidad de Cuidados Intensivos sin paredes" (por el Dr. Federico Gordo) y "La Tecnología al servicio de la información del paciente crítico" (por Julio García). Aquí tenéis el programa completo.
 
Agradecemos profundamente la invitación a la SOGAMIUC que haya hecho un hueco a la Humanización de los Cuidados, y en especial al Dr. Pablo Vidal quien contactó inicialmente con nosotros para participar en las jornadas.
 
Así que ya sabéis, algo se cuece al noroeste de España mañana. Esperamos que podáis asistir y que las jornadas sean un auténtico éxito.
 
Feliz Jueves,
Gabi

miércoles, 18 de mayo de 2016

Cuidados paliativos intensivos: ¿lo hacemos?


Como ya sabéis, durante los días 26 y 27 de mayo, tienen lugar en Barcelona las II Jornadas de Humanización de los Cuidados Intensivos.

Una de las mesas de debate abordará “El antes y el final” y “Cuidados paliativos intensivos: ¿lo hacemos?”, moderada por la Dra. Mari Cruz Martín y en la que participarán como ponentes Dr. Enric Benito (Coordinador del Programa de Cuidados Paliativos de las Islas Baleares) y Fernando Campaña (Enfermero impulsor del blog Colaborativo Cuidados Paliativos + Visibles). 

Hemos pedido a los ponentes que nos resuman algunos de los conceptos clave para ellos de los cuidados paliativos intensivos con las idea de atraer vuestra atención e invitaros a participar y compartir vuestra experiencia en el debate.




“Se hace demasiado para retrasar la muerte, y demasiado poco y tarde para mitigar el sufrimiento”, especialmente evidente en el entorno de los cuidados críticos con características muy peculiares, considera Fernando.

Es más fácil “hacer” que “dejar de hacer” pero hay que pensar en ello, aunque resulte difícil para todos (familiares y profesionales) y replantear los objetivos cuando la Medicina Intensiva ya no es capaz de alcanzar la curación y de forma ineludible se aproxima la muerte. 

Enric propone reflexiones desde su propia experiencia como profesional con larga trayectoria en el cuidado de personas fallecidas tras un proceso de enfermedad crónica y deterioro progresivo 

- El proceso de morir es una experiencia humana de una profunda significación antropológica. Que involucra: a la persona que muere, a sus allegados y también a los que le cuidan. 

- El reconocimiento de la profundidad y significación humana de esta etapa nos puede procurar a una mirada respetuosa hacia el mismo y a cuidar y acompañar el proceso desde una perspectiva humana, integral, promoviendo un cierre lo más armónico posible de la biografía del que se va y ayudando y acompañando a los que deja. 

- El deterioro progresivo del cuerpo y los aspectos biológicos del proceso son tan solo la parte visible desde una perspectiva biomédica, el enfermo como persona tiene además una dimensión subjetiva, una vida interior, una red de relaciones y en definitiva una dimensión trascendente. Desde esta perspectiva se puede observar el proceso adaptativo de cierre de su biografía. La dimensión trascendente, si se aspira a una atención integral de la persona, debe ser igualmente reconocida, evaluada y atendida. 

- El proceso de morir es único para cada persona, y la forma como lo hace depende en parte de factores de su biografía, lo que ha vivido y como ha vivido. Y lo más importante, la forma como lo hace puede marcar de forma significativa las vidas de los que le quieren y le acompañan. 

En el ámbito del enfermo crítico, conviene establecer una colaboración entre profesionales de UCI y de Cuidados Paliativos para explorar, definir y proponer de forma consensuada las mejoras de atención centradas en procurar una buena muerte. 

Esto supone un cambio de “Mantra” que ya no debe ser: “Esta persona no se me muere”, sino “Como vemos que va a morir, vamos a cuidarle y acompañarle para que se muera bien”. 

Estos son solo algunos de los ingredientes de esta mesa sobre los cuidados paliativos intensivos que seguro no dejará indiferente a nadie. Os invitamos a reflexionar y hacernos llegar vuestras consideraciones y preguntas. Para ello, podéis insertarlas como comentarios al final de este post.

Os esperamos en las II Jornadas de Humanización de los Cuidados Intensivos dentro de unos días.

Feliz Miércoles,
Gabi

martes, 17 de mayo de 2016

SERAM 2016: Radiología #humaniza

 
Hola a tod@s, mis queridos amigos.
 
El próximo jueves 19 de Mayo ponemos rumbo a Bilbao, para participar en el Congreso de la Sociedad Española de Radiología Médica, SERAM 2016. Y lo haremos  en una atractiva mesa de Gestión y Calidad presentada por las Dras. Begoña García e Isabel González: MAS ALLÁ DE LA TECNOLOGÍA.
 
Nuestra ponencia se titula:
 
No basta con diagnosticar y tratar a los pacientes: la Humanización de los servicios de Radiología
 
 
 
 
Justo ayer, este blog alcanzó sus primeras 500.000 visitas gracias a todos vosotros. Pues bien, una de las primeras cosas que fue escrita en él, fue esta declaración de intenciones:
 



Dos años y tres meses después, son los compañeros de Radiología quienes abren su puerta. Así que no podemos estar más contentos y agradecidos porque estamos andando el camino que queríamos andar. Pero ya os avisamos que no son los únicos, así que permaneced atentos a este espacio.
 
Radiología #humaniza, y así, caminamos todos juntos hacia la Humanización de todo el Sistema Sanitario. No pararemos hasta conseguirlo.
 
Feliz Martes,
Gabi

sábado, 14 de mayo de 2016

Cuando el paciente nunca va a mejorar, por Daniela J. Lamas


“Dígame doctora, entonces, ¿está estable mi madre?”.

Mientras escuchaba esa pregunta al otro lado del teléfono, me debatía sobre cuál era la mejor respuesta.  

Mi paciente no había vuelto a casa desde hacía tres meses. Hasta ese momento, era una anciana sana de 90 años que vivía sola y cocinaba todas sus comidas, jugaba al tenis en el verano y se empachaba de películas en el invierno.

Pero de repente un día tuvo un fuerte dolor de espalda que la llevó a consultar de urgencia en un centro médico cercano para luego ser derivada en un viaje vertiginoso en ambulancia a la urgencia de un centro de mayor complejidad.

Tenía una grave lesión en la pared de la aorta, la arteria principal que llevan la sangre desde el corazón. En una sala de información sin ventanas, los médicos le contaron a la familia de mi paciente que debían realizar una complicada y arriesgada cirugía de emergencia, sin la cual probablemente moriría en un corto lapso.

Para gran alivio de la familia, la cirugía salió bien. Pero luego hubo varias complicaciones; primero una neumonía, luego insuficiencia renal, delirium, debilidad grave. Después de las primeras dos semanas, la paciente no había fallecido, pero tampoco se había recuperado. Dado que aún dependía del respirador, los médicos decidieron llevarla nuevamente al quirófano para realizar otra cirugía, esta vez una traqueostomía, una pequeña incisión en el cuello que facilita la ventilación mecánica. Debido a que los pacientes con traqueostomía no pueden comer por la boca, al menos no al principio, al regresar del quirófano le habían colocado otro tubo nuevo, una sonda nasogástrica de alimentación.
  

Stuart Bradford


Pasaron algunas semanas más en la UCI. Parecía que apenas se lograba controlar una infección, aparecía una nueva. De tanto en tanto, la paciente tenía periodos de lucidez, donde el delirium parecía alejarse; periodos en los que juntaba la fuerza suficiente para respirar sin ayuda del respirador, en los que podía hablar con su familia y balbucear respuestas de a una palabra por vez.

Su tono era un susurro tan débil que la familia apenas podía oírla.

Pero también había días en los que se la veía aterrorizada y con los ojos desorbitados, las manos atadas con sujeciones “suaves” para evitar que se arrancara la sonda nasogástrica que servía para administrarle la alimentación, esa preparación lechosa que se cuelga a la cabecera del paciente todos los días.

Un día, el equipo responsable le anunció a la familia que la paciente sería trasladada a un centro cuidados críticos prolongados. Esto era una buena noticia, le dijeron los médicos a la familia. Significaba que esa mujer tan debilitada, con delirium intermitente y que no se parecía en nada a la vivaz anciana de 90 años que había llegado a la guardia hacía algunos meses ya no necesitaba los cuidados de la UCI. Mantenían un cuidadoso optimismo.

Con el paso del tiempo, la paciente fue mostrando mejorías en este nuevo centro de cuidados crónicos. Progresivamente fue requiriendo menos tiempo el respirador, primero pudo respirar por sus propios medios durante 8 horas, luego 12, luego un día, luego dos. Finalmente, se le pudo retirar la traqueostomía y el agujero en el cuello se fue convirtiendo en una pequeña cicatriz. El delirium también se fue, dejando en su lugar una paciente con mirada perdida, como sin vida. Sus riñones también mejoraron. Pero en algún momento las cosas dejaron de mejorar. El paso del tiempo se hizo cada vez más lento. Y la paciente yacía allí, ni muerta ni realmente viva; detenida en un limbo indefinido.

Un sábado, le detectaron fiebre. Le costaba trabajo respirar. La tuvieron que intubar nuevamente, y enviarla a la UCI, donde la hija nos llamó para preguntar: "¿Está estable?".

No sabía cómo responderle. El respirador le aportaba oxígeno suficiente. La medicación intravenosa actuaba directamente sobre el corazón para mantener la presión en valores aceptables. Sus riñones funcionaban lo suficiente como para producir orina.

Pero detrás de esa fachada de estabilidad yacía una verdad mucho más dolorosa: era probable que nunca se mejorara. Con su constelación de ventilación mecánica prolongada, infecciones y delirium tenía lo que los doctores llaman “enfermedad crítica crónica”.

Su historia no es única; hay más de 100.000 pacientes con enfermedad crítica crónica sólo en los Estados Unidos; y con el envejecimiento poblacional y la mejora en la tecnología médica es probable que esa cifra siga creciendo. Los resultados de estos pacientes son llamativamente malos. La mitad de los enfermos críticos crónicos morirán dentro del año, y sólo alrededor del 10% lograrán recuperar una vida independiente al regresar a casa.

El concepto de enfermedad crítica crónica no es algo que nos hayan enseñado en la facultad de medicina, ni siquiera algo de lo que se hable mucho entre los mismos médicos. Puede ser porque muchas veces los perdemos de vista; son derivados, como en el caso de la paciente, desde el hospital hasta los centros de cuidados crónicos y luego de nuevo al hospital, acompañados por una historia clínica cada vez más abultada a medida que todo el resto lentamente se desmorona.

En los primeros momentos de la enfermedad crítica, las elecciones son relativamente simples, las apuestas altas: vives o mueres. Pero los enfermos crónicamente críticos habitan una especie de purgatorio intermedio, donde todo es incertidumbre y subsistir. ¿Cómo explicarle esto a las familias, cuando están recién respirando aliviados de que su ser querido ha sobrevivido? ¿Deberíamos utilizar las palabras “enfermedad crítica crónica”? ¿Cambiaría alguna de nuestras decisiones si lo hiciéramos? No tengo una respuesta para esas preguntas.

Me quedé en silencio esa noche con el teléfono en la mano. ¿Estaba estable mi paciente? En ese momento, se podría decir que sí. Pero con cada nuevo evento de ese estilo, y era seguro que los habría, mi paciente se alejaría más y más de la esperanza de recuperar su estilo de vida previo: vivir sola en su casa, mirar películas, cocinar. Me parecía poder ver las semanas y meses arrastrarse, un momento de calma seguido por una nueva emergencia.

Pero ese no era el momento de decirle eso a la hija, no por teléfono, no esa noche. Por lo que me limité a decirle la verdad; una verdad, al menos.
 
Su madre estaba críticamente enferma, pero estable por esa noche. 
 
 
Dra. Daniela J. Lamas Pulmonary and Critical Care Fellow en Brigham & Women’s Hospital de Boston
Rebloggeado  con permiso de la autora desde The New York Times: When the patient won´t ever get better
 
Traducido por el Dr. Federico Carini 
Médico especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva (SATI / UBA).
Hospital Italiano de Buenos Aires

viernes, 13 de mayo de 2016

Estatuas, por Raquel Nieto

99 días

 
Yo veía como se los llevaban, los veía pero ellos a mi ya no podían verme, estaban tapados.

Yo los veía y callaba, acompañaba en silencio al cortejo fúnebre, ataúdes camuflados en camas de hospital.

Hora de la muerte...
 
 
 

Algún día oiría esa frase y sabría que estaría muerta, aunque siguiese notando el pulso en mis sienes y el dolor de mis ingles continuase, si a alguno de los que habitaba aquel espacio se le ocurría señalarme y decir :

- “ Hora de la muerte”.

Todo empezaría.

Desconectarían máquinas, quitarían sondas, vías, las almohadas de mis piernas y me taparían con la sabana como quien desnuda a una estatua.

Y así se mezclaban en mi cabeza las dudas sobre mi vida y su muerte, o al revés, y esa duda que no podía resolver, me hacía más vulnerable pero también más firme.

Porque la muerte también nos acompaña, está enganchada del miedo, de la soledad, de la duda, lo que pasa, que una vez fuera y salvados, no queremos nombrarla, como si el silencio la aniquilase en este mundo de vivos.

A mí la muerte me asustaba, pero lo que más me angustiaba era no saber con certeza mi condición de viva o muerta, porque no había ningún parámetro que conociese o identificase para estar segura de ello.

Tan solo el paso de esas estatuas veladas, me hacía creer que seguía al otro lado.

Habría sido más sencillo, que alguien hubiese dicho mi nombre y mi condición.

Raquel, estás viva.

Y la duda quedaría resuelta pues habría reconocido esas tres palabras.


 

jueves, 12 de mayo de 2016

Aves del Paraíso, para #12visibles12M




Un médico escribiendo sobre enfermeras, gracias a la invitación de dos buenos amigos que ni siquiera aún pude conocer en persona. Pero es cuestión de tiempo. 

Hay cosas que no es necesario decir, pero en otras muchas ocasiones es necesario gritar en alto lo obvio, por las dudas. Y esta es una de esas ocasiones. 

Como podréis entender, tras más 15 años de relación estrecha, he vivido miles de historias y enseñanzas. Muchísimas relaciones y personas pasaron por todo este tiempo, que quizás puedan resumirse en la sensación de gratitud y admiración que guían estas líneas. 

La eterna pregunta sobre el cuidado y la curación, y la incansable lucha personal por no elegir, porque yo lo quiero todo. Esa lucha de clases impuesta que no tiene ningún sentido, pero que perpetuamos de forma enfermiza. 

Nuestra formación nos lleva a entrar en contacto más tarde de lo debido, cosa que nunca entenderé y que en algún momento también cambiaremos. Es allí, donde empieza todo, al lado de la persona que sufre. Y es allí donde siempre hay una enfermera. No hay nadie más. 

En esa distancia corta y tan incómoda donde es tan difícil estar. 

Allí estás tú, acompañando en silencio y llenando ese espacio con tu presencia. Incluso a veces sin ser consciente, enseñando cómo hay que hacer las cosas. Sin filigranas, simplemente haciendo un trabajo imposible para todos y guiado por el amor a los demás. 

Casi nada. 

Y la gente ve dioses donde no los hay, en vez de apreciar esas Aves del Paraíso. Incluso tú tampoco te ves, y eso tienes que cambiarlo compañera. 

Es hora de decirlo, de devolverte aquello que nunca fue nuestro. Porque todos sabemos que sois imprescindibles. 

Porque no podemos vivir sin tu presencia, tus silencios, tus manos, tu humildad, tu sensatez, tu paciencia, tu sonrisa, aquellas palabras que curan. Ahora que tus diplomas te acreditan en el mundo académico, ese basado en la evidencia, te agradezco lo que me enseñaste cada día y que nadie registró: un máster en relaciones humanas basadas en la entrega y el amor, del que apenas empiezo a ser aprendiz. 

Gracias a todos y cada uno de mis compañeros de viaje. 





Gabi Heras

miércoles, 11 de mayo de 2016

Comunicaciones aceptadas a las #2JHUCI


Hola a tod@s, mis queridos amigos.

A casi 2 semanas para las II Jornadas de Humanización de los Cuidados Intensivos, tengo el honor y el gusto de hacer públicas las comunicaciones aceptadas en nombre del Comité Científico. 


En total se han enviado 26 comunicaciones, de las cuales se han seleccionado 5 para presentación oral, 18 para póster y 3 se han rechazado. Muchísimas gracias a todos por vuestra participación y ganas de compartir. Como veis, cada una de una parte de España e incluso varias comunicaciones internacionales. Todas las comunicaciones aceptadas recibirán un correo electrónico en la persona de contacto indicada como primer autor. 

Los posters se presentarán en tamaño 50x70 cm (sentido vertical). El día 26 de mayo entre las 13:00 y las 15:00 horas se colocarán en el lugar establecido a tal efecto por la organización. 

Durante los descansos de los dos días de Jornada, los autores estarán disponibles, junto a su póster, para atender a las personas que deseen información sobre los mismos. 

Las 5 comunicaciones seleccionadas para su presentación oral contarán con 6 minutos para su presentación pública el Viernes 27, entre las 10.50 y las 11.40.

Los participantes recibirán un certificado acreditativo, y el mejor poster y la mejor comunicación tendrán un premio fantástico. 


COMUNICACIONES ORALES



Campaña #HolaYoMeLLamo: Presentándonos a nuestros paciente y familiares conseguimos relaciones más humanas. Murcia Sáez, Isabel M. Hospital Universitario de Albacete. 

Programa Hospital Amigo en la Unidad de Paciente Crítico: Experiencia de un Hospital Clínico Chileno. Rojas, Verónica. Universidad de los Andes, Hospital Clínico San Borja Arriarán. Chile. 

Impacto de las intervenciones de mejora en la satisfacción de los familiares en la UCI. Bordonado Pérez, Laura. Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona 

Presentación y justificación de los Premios Hospital Optimista. Florent Amion. Vygon, SAU. 

Visita abierta en unidades de pacientes críticos ¿qué opinan los profesionales?. Torralba Melero M. Hospital Universitario de Albacete.


POSTERS 


Encuesta de satisfacción de los familiares de pacientes ingresados en una UCI con horario ampliado. Quintana Estellés, María Delicias. Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid. 

Lo que piensan los familiares de nuestros pacientes: la realidad de una UCI portuguesa. Guerra, Ana Cristina. Hospital de Santo Antonio- Centro Hospitalario de Oporto, Portugal. 

Percepción entre profesionales británicos y españoles de las características humanizadoras de sus respectivas UCI. Sánchez Gordon, I. Hospital Universitario La Paz, Madrid. 

Práctica clínica de analgesia en las Unidades de Cuidados Intensivos de Santiago… una realidad que duele. Rojas Jara, Verónica. Universidad de Los Andes, Chile. 

Historia de un cambio. Saralegui Gainza A. Complejo Hospitalario de Navarra. 

Abordaje multidisciplinar de la humanización en una UCI de hospital de tercer nivel. Morales Cifuentes, Miriam. Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid. 

Puertas abiertas en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos: Experiencias de las familias al alta. Agustín Mata, Concepción. Hospital Materno Infantil Sant Joan de Déu, Esplugues. 

Redibujando los límites de la dignidad. Cusó Cuquerella, Carla. Hospital Universitario Vall d´Hebron, Barcelona. 

Aplicación del Reiki y otras terapias complementarias en cuidados intensivos: percepción del personal. Carrilero López, Carmen. Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. 

UCI de puertas abiertas: hacia la humanización de los cuidados intensivos. Alonso Tovar, Ana Rosa. Hospital General Universitario Morales Meseguer, Murcia. 

Humanizando Semicríticos. Los niños tienen derecho a estar acompoñados por su familia durante toda la hospitalización. Sánchez Morillo, Matilde. Hospital Materno-infantil Sant Joan de Déu, Barcelona. 

Humanizando con música. Ardila Bonilla, Patricia. Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, Madrid. 

¿Es hora de que cambiemos las normas de visita en nuestra UCI?. de Miguel Luken, Margarita. Hospital Costa del Sol, Málaga. 

Más color, menos dolor. Martínez Loredo, Mari Cruz. Hospital ASEPEYO –Coslada -Madrid. 

Pallium. Cusó Cuquerella, Carla. Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona. 

Bienvenidos a la ambulancia submarina. Marta Hernández. SEM Pediátrico Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona.

Integración de la familia en la Unidad Neonatal del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Elena Carrillo. Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona.

Los cuidados enfermeros en relación a las políticas de visita de las Unidades de Cuidados Intensivos. Nuria Risco. Hospital Universitario de Bellvitge, Barcelona

¡Enhorabuena! 
Nos vemos en Barcelona, 

Feliz Miércoles, 
Gabi



Cusó Cuquerella, CarlaAPTO PARA PÓSTER

martes, 10 de mayo de 2016

En un lugar de La Mancha: ni los mejores bombones del mundo. Por Mª Dolores Pardo


Quién hoy en día no haya oído hablar de Humanizar los Cuidados, es porque vive en otro planeta.

Soy Enfermera. Trabajo en el Hospital General Universitario de Albacete, concretamente en la Unidad de Reanimación y Anestesia, y como en toda Unidad de Cuidados Intensivos, se sufre el estrés, carga emocional y la sobrecarga de trabajo.

Es importante, parar y reflexionar en qué podemos mejorar, y basar nuestra reflexión en los 3 pilares fundamentales: paciente, familia y profesional. Llevamos trabajando detalles nada costosos como información familias, encuestas de satisfacción, musicoterapia, cambio y ampliación de horarios…pero aún queda mucho que madurar y refinar.
Nos sumamos al tren de la HU-CI, al igual que las otras unidades intensivas de mi hospital como UCI Polivalente, UCI Coronaria y UCI Pediátrica…Cuantos más seamos mucho mejor. 
Una muestra de las mejores que recibimos: las comunicaciones por parte de los familiares y de los pacientes, ya sean fotos, visitas, cartas, videos…, que sin duda nos calman, consuelan y nos animan a seguir trabajando de la mejor manera que sabemos. Es el mejor bálsamo, y el mejor refuerzo positivo que nos pueden aportar…ni los mejores bombones del mundo tienen mejor degustación:

“Quizá un gran orador comenzaría diciendo: En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero…



Pero yo no soy una gran oradora, ni jamás conocí un hidalgo. Por contra, sí he conocido un lugar de la Mancha, en el que grandes seres humanos, camuflados de personal sanitario, obran MAGIA...

Con paciencia, con conocimiento, con experiencia, soportando presión, con determinación, con criterio, con cariño, con tesón, con calma.... Con todas esas virtudes que parecen estar desapareciendo, habéis logrado lo que a mis ojos es a todas luces un auténtico milagro: Habéis salvado la vida a mi marido.

A todos y cada uno de vosotros quisiera transmitiros ese sentimiento que no se cómo llamar. GRACIAS se queda corto. Infinitamente corto.


Mi marido está con nosotros y ha sido por vuestro trabajo. Gracias.

Hemos estado al borde de la más pura desesperación y nos animasteis. Gracias.

Se supone que hacéis un trabajo por el que se cobra a final de mes y en cambio a mi me parece que el resultado de ese trabajo no se puede pagar con dinero.

Soy consciente de que nos queda un largo camino por recorrer en la recuperación. Pero gracias a vosotros tenemos la oportunidad de recorrerlo.

Algún día les contaré a mis hijas una historia de pequeños héroes que a base de trabajo duro e infinita paciencia consiguen que hogares que estaban dejando de serlo se salven de la destrucción. Algún día ellas sentirán ese mismo agradecimiento por vuestro trabajo y sabrán que ese lugar de la Mancha se llama Hospital General de Albacete.

Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo de la REA.

P.N. y su familia..”


Desde ese lugar de La Mancha, Albacete. 

Nos vemos en Barcelona.

Mª Dolores Pardo Ibáñez.
Supervisora Enfermería.

viernes, 6 de mayo de 2016

La figura del cuidador principal

 
Hola a todos, mis queridos amigos.
 
Se cumple hoy un año de la Declaración de Torrejón para la Humanización de los Cuidados Intensivos, firmada hasta la fecha por 460 personas de todas las partes del mundo.
 
El 6 de Mayo de 2015 también creamos el hashtag #humaniza con el que seguimos haciendo ruido para concienciar de que la H es cosa de todos. 
 
Hechas estas reseñas, queremos compartir un nuevo paso hacia delante. Tras la elaboración de un grupo multidisciplinar en la UCI de Torrejón para ir avanzando en las diferentes áreas que plantea este proyecto, hemos creado nuestra propia figura del cuidador principal. Podéis descargaros el documento en word y ver si es factible o adaptable a vuestra UCI.
 
Como veis, queremos que los familiares se organicen sus tiempos, acompañen a los pacientes y colaboren con nosotros en los cuidados básicos. Para ello, y después de mucho hablar y consensuar, hemos elaborado unas normas del juego que explican cómo es la Unidad, horarios, higiene de manos y la firma de la familias aceptando su colaboración. Pueden seleccionar dos cuidadores por familia.
 
 
 
 
Y nos hemos puesto manos a la obra. Por el momento os puedo avanzar que la satisfacción de TODOS ha aumentado y que el 100% de los que han jugado a este juego, repetiría. Esa pieza del puzzle encaja perfectamente.
 
Así que seguimos jugando. ¿Te animas a jugar con nosotros?.
 
Feliz Viernes,
Gabi
 

jueves, 5 de mayo de 2016

La gestión del tiempo, por Félix Martín



Desde hace quince días una neumonía le lleva a maltraer.

Época de comuniones y a su niña le toca.

Auxi. Cuarenta y dos años. Dos semanas que no ve a sus niños. El más chico de cinco años y su niña con todo preparado.

“Lo tuyo va mejor, pero de momento te quedas con nosotros”. 

A Auxi el mundo se le viene encima. 

Le cuento que acabo de estar en la entrega de unos premios, “Hospital Optimista”, y le entrego dos chapas con el símbolo de la organización.


“¿Crees que tus niños podrán venir a recogerlas?”. 

El rictus de su rostro se tornó, a semejanza de cómo un cielo cerrado de tempestad deja pasar los intensos rayos que penetran por los claros que abren las nubes cuando se inicia la calma, en toda la dicha que su postración le impedía tener.

"¿De verdad pueden venir?". 

“Si, y si es posible antes de la Primera Comunión”.

La gestión de ese tiempo fue incronometrable para los relojes del alma. Es la primera vez que he visto un vestido de comunión con el emblema de “Hospital Optimista”. Además, el chiquitín nos regaló el dibujo que aparece en la foto; que parecido con la chapa ¿verdad?




Gracias.

Félix José Martín Gallardo.