english

Mostrando entradas con la etiqueta Dra. María Rojas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dra. María Rojas. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de septiembre de 2016

Respeto a la intimidad en UCI. Por María Rojas



 
La principal prioridad de los pacientes que sufren un proceso grave y/o de sus familias es recuperar el estado de salud, relegando a un segundo plano, en la mayoría de las ocasiones, el bienestar emocional, incluso la propia intimidad y en muchos casos, aceptando que no pueden elegir en su “rol” de enfermo.

La enfermedad pone en peligro, dos pilares fundamentales de la Dignidad Humana: Intimidad y Autonomía. La situación de dependencia impuesta por la enfermedad hace que el paciente esté en una situación de vulnerabilidad pero tiene unos derechos específicos en este contexto, y es el cuidador el que los debe conocer y respetar, siendo su responsabilidad garantizar la intimidad, tanto de las personas autónomas como de las que no pueden hacer efectivo este derecho.

Cuando se habla de respeto a la intimidad del paciente, desde el punto de vista profesional, se piensa en la salvaguardia de la identidad del paciente en publicaciones, la confidencialidad de los registros médicos, la custodia de la documentación clínica, etc. Olvidando que también es, el conjunto de sentimientos y pensamientos que una persona guarda en su interior, y que son, parte fundamental de su identidad.




En nuestro Proyecto 1 año, 12 meses para 12 compromisos, dedicamos el mes de Septiembre a recordar que respetar la INTIMIDAD del paciente más vulnerable, debe ser una prioridad en la HU-CI. Hace un tiempo que redactamos este “DECÁLOGO de buenas prácticas para garantizar la intimidad del paciente crítico”, que hoy compartimos con todos vosotros:

1. El respeto a la intimidad corporal: pediremos permiso para desnudar, tocar, explorar... el cuerpo del otro, explicando previamente qué se le va a hacer. Con especial delicadeza en el momento del aseo.

2. Respeto al espacio físico: mantendremos el box cerrado si lo prefiere el paciente, avisado de que se va a entrar y para qué.

3. Recogida de información de la persona atendida: preguntaremos lo necesario, no estamos legitimados a preguntarlo todo.

4. La información entre compañeros de equipo implicados en la atención a la persona: la valoraremos qué información se transmite al equipo y cuál se reserva para uno mismo, si no aporta ningún beneficio al proceso clínico y puede vulnerar la intimidad del paciente.

5. Información telefónica: NO daremos información clínica por teléfono de forma rutinaria. Sí lo podemos plantear en situaciones individualizadas, con garantías de con quién estamos hablando, con el consentimiento del paciente siempre que sea posible.

6. El respeto a la intimidad y la participación de la familia o personas vinculadas: preguntaremos al paciente quien desean que sea informado, ya que tienen derecho a escoger con quién quieren compartir la información sobre su estado de salud. La mayoría de edad en salud a los 16 años, siendo titular del derecho a la información y a la confidencialidad sobre su persona.

7. Custodia de la historia clínica: estaremos atentos a la historia, para evitar la intromisión no deseada en intimidad del paciente.

8. Intimidad a la hora de recibir visitas: durante el ingreso los pacientes tienen derecho a escoger quien puede visitarle. Intentaremos mejorar la imagen del paciente de cara a la visita, para reforzar su autoestima.

9. Intimidad en el traslado de pacientes a pruebas complementarias o a otras plantas del hospital: seremos cuidadosos, prestando atención a la exposición física durante los traslados.

10. Respeto a la imagen pública y social del paciente: No se ha de dar información a los medios de comunicación (accidentes, agresiones, personajes públicos, etc.), excepto que haya una autorización expresa.

Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista

sábado, 18 de junio de 2016

Sobre Musica y Musicoterapia en UCI, por María Rojas


Mucho, muchísimo se está hablando últimamente de “Música en la UCI”, algo que hace muy poquito era una locura, ni siquiera imaginar. Y es algo maravilloso.

Se están haciendo muchísimos esfuerzos por acercar la belleza de la música a nuestras UCI, porque la música nos acompaña de forma consciente o inconsciente a lo largo de toda nuestra vida, incluso antes de nacer. Y en un momento tan difícil como es estar luchando por la vida puede ser la mejor “medicina para el alma”.

Pero eso no quiere decir que estemos haciendo Musicoterapia.
 

Fuente: Pantosterapia

¿Qué es musicoterapia?.

En Estados Unidos, la definición que se emplea con más frecuencia, la planteó la Asociación Estadounidense de Musicoterapia en 1980, y es esta:

“La musicoterapia es el empleo de la música para alcanzar objetivos terapéuticos: la recuperación, conservación y mejoría de la salud mental y física”

Pero la musicoterapia ha ido evolucionando y también modificando su definición y en el año 2011 la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) pasó a definirla como:

 “La utilización de la música y/o de sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta cualificado, con un paciente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar y promover comunicación, relación, aprendizaje, movilización, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas”.

Y ahora seguimos intentando explicar cómo acaba una persona que no es sanitaria, ni siquiera familiar de un paciente, realizando una sesión de terapia musical en un Box de UCI, o cómo termina una enfermera colocando un reproductor de DVD entre las conexiones de las bombas de perfusión, los cables de monitorización y las tubuladuras del respirador.
 
Pues bien, estas situaciones responden a la búsqueda de medidas complementarias, no farmacológicas, que nos ayuden a controlar los factores estresores, tanto ambientales como psicológicos y que suponen una “agresión” para nuestros pacientes. Sabemos que las dosis elevadas y durante periodos prolongados de sedantes y analgésicos opioides también se asocian a efectos adversos, en ocasiones las consecuencias son graves, estas medidas no farmacológicas nos ayudarían, no sólo a disminuir las dosis de medicamentos, sino a hacer de nuestras Unidades un entorno menos hostil, establecer nuevas vías de comunicación con nuestros pacientes y facilitarles formas de expresión, de reencuentro con ellos mismos, control de la ansiedad, mejora del sueño nocturno...Las posibilidades son infinitas.

Hoy os cuento cómo hemos empezado a trabajar en nuestra Unidad:

MUSICOTERAPIA en UCI es un trabajo complejo, requiere un riguroso estudio de cada caso.
 
Con gran humildad y muchas ganas de aprender, comenzamos creando un grupo de trabajo (una Enfermera, un Intensivista y una Musicoterapeuta). En una sesión individualizada de Musicoterapia, la especialista (Musicoterapeuta) trabaja con el paciente y/o su familia, como nosotros hacemos una historia clínica y estudia una “Historia biográfica musical”, que es única para cada uno de nosotros. A través de ésta, se fijan unos objetivos terapéuticos planteados entre el equipo asistencial y la Musicoterapeuta. En otra parte de la sesión, explora las reacciones fisiológicas del paciente utilizando herramientas de Musicoterapia donde se crea un nuevo canal de comunicación.

En la mayoría de los casos, las familias son parte importante de este proceso, convirtiéndose al mismo tiempo en objeto de terapia, ya que no sólo de abre una vía nueva de expresión y canalización de emociones con el terapeuta y el equipo asistencial, sino que se sienten partícipes de los cuidados de su familiar.

Otra parte de nuestro proyecto, consiste en el uso de la música como un cuidado-enfermera, al establecer el diagnostico de un problema (NANDA).
 
Por ejemplo, temor o ansiedad. Se detalla un plan de cuidados, definiendo unos resultados esperados (NOC) y las intervenciones de enfermería (NIC) necesarias para su consecución. Es aquí donde la terapia musical o uso de la música como cuidado pasa a ser una intervención-enfermera, contando con el asesoramiento del Musicoterapeuta.

Muchísimas las UCI que en los últimos tiempos hemos empezado a dar sus primeros pasos alrededor de este apasionante tema, pero también cierto revuelo.
 
Por una parte asombro y desconcierto entre los Musicoterapeutas y por otra, bastante desinformación por parte del personal sanitario. 

Y lo último que quisiéramos es que los malentendidos estropeasen el comienzo de esta maravillosa historia de amor, de amor por la vida y por algo que tenemos en común estos dos mundos que están destinados a hacer GRANDES COSAS JUNTOS.
 
Un trabajo apasionante: ayudar a los demás.

Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista

miércoles, 6 de abril de 2016

Pequeños pasos que rompen grandes barreras, por María Rojas


A sus 39 años la vida le pone por delante una durísima prueba.

Después de 28 días de lucha desesperada por la vida, a la vuelta del infierno: miedo, angustia, ansiedad...No hay medicación que pueda controlar su desesperación.
 
¿O tal vez si?. Entra su mujer, lo coge de la mano y se queda con él, no hace falta hablar. Después de muchas horas sin poder dormir, cierra los ojos y descansa plácidamente. A partir de ese momento, Yolanda forma parte del equipo asistencial, está dentro del box con su marido prácticamente todo el día, nuestra UCI ya es “abierta”. 

Pasan los días y la desesperación por salir de la UCI es el deseo incontenible de abrazar a sus hijas. Ha podido hablar con ellas gracias a la válvula fonadora de su traqueostomía y ...¿Por qué no? En nuestra UCI los pacientes ya pueden tener su teléfono móvil.
 
Pero no es suficiente. Unos preciosos ojos brillantes con la inocencia de sus 12 años, llenos de emoción y amor  esperan en la sala de familiares, desde hace demasiados días.
 
Abrazar a papá. 

28 días de lucha desesperada por la VIDA, a la vuelta del infierno: miedo, angustia, ansiedad...Y entró a verlo “su niña”...Y
en el box se oyen risas y besos, lágrimas de alegría y “te quieros”.

Al otro lado del cristal, los del pijama verde, con un nudo de emoción en la garganta y la satisfacción de haber hecho algo bueno. Pequeños pasos que rompen grandes barreras.
 
 
 
 
No separemos a las familias en el momento más duro de sus vidas.
 
 
Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista

viernes, 22 de enero de 2016

No es un sueño, ya está pasando...por María Rojas


¿Cómo acaba un Intensivista colocando un reproductor de DVD entre la conexión de las bombas de perfusión, las tubuladoras del respirador y la máquina de hemofiltración.?

Todo empieza con una reflexión: nuestro objetivo es que los pacientes sobrevivan a la UCI, sí, pero...a qué coste? 

Superar un ingreso en UCI supone un gran desgaste biológico en muchos casos, la recuperación de las secuelas físicas conlleva también un importante trabajo....pero...¿y las secuelas psicológicas?.


¿Qué hay del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)?

Hasta hace dos años ni siquiera había imaginado que tenia algo que ver con nuestros pacientes. Un ingreso en UCI puede percibirse como una amenaza tal para la vida, que es considerada como un trauma equiparable a sufrir una catástrofe natural, ser víctima de una agresión o de un atentado....no podía creerlo.

¿Cómo el intento por hacer tanto bien podía hacer tanto daño?.

Cuanto más se lee acerca del TEPT y de los factores “estrésores” en UCI más se descolocan las ideas previas en la cabeza de una Intensivista como la que os escribe. Recopilando bibliografía e información al respecto, se repetían unos conceptos continuamente: demasiada sedación y sobresedación, síndrome de abstinencia, ansiedad, miedo, RUIDO, RUIDO, miedo, agitación, delirio....

Y de repente, se me abren los ojos como platos: leo acerca de una “Medicina” con efecto profundo y demostrado sobre la ansiedad, el dolor, el delirio, la agitación, el miedo....fácil de aplicar, sin efectos adversos y muy muy barata, y cuyas bondades transcienden al paciente y también benefician al personal sanitario....ERA EL FÁRMACO PERFECTO! Solo que la vía de administración no es intravenosa ni oral...ni siquiera la conocen en la farmacia del Hospital!!!!

¡¡¡¿¿¿Música en al UCI????!!!



Según la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) “La Musicoterapia es el uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en ambientes médicos, educativos y cotidianos con individuos, grupos, familias o comunidades, buscando optimizar su calidad de vida y mejorar su salud física, social, comunicativa, emocional e intelectual y su bienestar. La investigación, la práctica, la educación y la instrucción clínica en la musicoterapia están basadas en estándares profesionales según los contextos culturales, sociales y políticos.” 

La música no cura, pero CUIDA. Sí reduce el nivel de ansiedad, sí disminuye la percepción del dolor, aumenta el nivel de autoestima, potencia las capacidades expresivas que el paciente conserva, proporciona una manera de gestionar emociones, activa procesos afectivos, cognitivos y sensoriales, promueve el bienestar y la calidad de vida….y hay evidencia científica de todo ellos


¿Y si otra UCI fuera posible?.


No es un sueño, ya está pasando. MUSICOTERAPIA en la HU-CI para la ansiedad, para el dolor, para descansar, para evadirse o para conectar con la realidad.

Desde el
Proyecto 1 año 12 meses para 12 compromisos de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Infanta Margarita este mes nuestro compromiso es la Música:


¡¡¡¡¡Que suene la música en la HU-CI!!!!!




Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista

miércoles, 13 de enero de 2016

La soledad del intensivista, por María Rojas


Después de ver la entrevista de Alfonso Bassave a Gabi Heras (y viceversa), había mucho, mucho que reflexionar. Más que entrevista, conversación de dos seres humanos, dos profesionales hablando “a pecho descubierto” de sentimientos y emociones.

Y no ha parado de girar en mi cabeza, una idea, una palabra que se repitió en varias ocasiones durante la conversación: MIEDO. 

Por supuesto que los pacientes tienen miedo, pánico literalmente en ocasiones, y sus familias sufren muchos miedos e incertidumbres. 

Pero...¿y el Intensivista? ¿Tiene miedo el Intensivista? 

Pues si la respuesta dependiera de mí, la contestación sería: SI, y no estoy hablando de tener miedo como cualquier persona, a enfermar, a perder un ser querido o a la propia muerte. No. 

Me refiero a tener miedo en tu trabajo.

Miedo a no poder diagnosticar a tiempo a un paciente, a fallar en una técnica en un momento decisivo, a tomar una decisión incorrecta, a no haber estudiado lo suficiente de un tema,  a estar demasiado cansado una noche para darse cuenta de que surge una complicación…

De repente te ves en el centro de un “escenario”: atención inicial a un politraumatizado grave, o hemoptisis masiva, u obstrucción de vía aérea; aviso de parada cardiaca en cualquier planta del hospital.

Cuando el Intensivista acude a cualquiera de estas llamadas, llega como último recurso y escalón terapéutico: todas las miradas puestas en ti y esperando instrucciones. 

"¿Qué hacemos doctora?, ¿Vas a intubarlo? ¿Quieres una vía? ¡No detectamos tensión! ¿Avisamos a la familia?¿Cargo algún fármaco? ¡No sube la saturación! ¡Sigue sangrando! 

Miedo a no conseguir intubar al paciente, miedo a que el marcapasos no estimule, miedo a hacer un neumotórax Miedo a EQUIVOCARME.

En los hospitales comarcales, hay un solo intensivista de guardia sin más adjuntos de UCI, sin residentes de intensivos, sin Cirujano Cardiovascular, sin Neurocirujano, sin Radiólogo intervencionista, sin UCI pediátrica, sin ORL, sin Digestivo. MIEDO a no estar a la altura de las circunstancias.

Hay dos nombres, que cuando aparecen en la pantalla del busca, se te corta la respiración: Ginecólogo y Pediatra. Una Urgencia obstétrica o pediátrica, quizás son las situaciones más angustiosas para el Intensivista de guardia en un Hospital Comarcal. MIEDO a no poder hacer nada.




Pero así no se puede trabajar diréis….Y yo diría que así, no se puede casi ni vivir.

Hay que hablar de ello: no es motivo de vergüenza ni signo de debilidad. 

El MIEDO es un sentimiento necesario. 

Hay que desarrollar y aprender recursos de autocontrol, esforzarse duro para estar preparado, estudiar, entrenarse, aprender técnicas de autoayuda…Ser absolutamente sincero con uno mismo: esto es difícil a veces, muy duro en ocasiones, pero es mi trabajo, me he preparado para hacerlo, me he esforzado para estar preparado, todos confían en mí en este momento y es una de las cosas que más me gusta en el mundo.

¡SOY INTENSIVISTA!

Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista

miércoles, 2 de diciembre de 2015

1 año: 12 meses para 12 compromisos


Desde la HUCI del Hospital Infanta Margarita de Córdoba, os presentamos nuestro Proyecto de Humanización.



Con muchísima ilusión y con no menos esfuerzo, arranca en Diciembre esta aventura, compromiso, trabajo…¿Y por qué no? Este sueño. 
 


La necesidad de Humanización surge hoy en día en muchos ámbitos, pero es en la Sanidad donde quizás se dé la situación más delicada, en la que la vulnerabilidad y el sufrimiento son, casi inherentes al proceso de enfermar. 

No solo sufre el paciente y su entorno. Los profesionales sufrimos, y en muchas ocasiones, somos los primeros en lamentarnos de cómo la deshumanización en la asistencia sanitaria parece cada vez más extendida. A veces parece algo inabordable, ante esto solo nos queda observar impasibles y aceptar. 

¡O actuar! 

Es tiempo de cambio, y este cambio es una corriente que cada vez arrastra a más seguidores, porque surge, como todas las grandes revoluciones, de una gran necesidad: reencontrar los valores esenciales, para no olvidar, que lo más importante son: las personas. 

Y como toda revolución, la empiezan unos pocos (gracias por prender la mecha, Proyecto HU-CI) a los que se van sumando más y más hasta que ya es imparable, porque ¡juntos sumamos más! 

Desde lo sofisticado y la estricta organización de los Cuidados Intensivos, es un clamor cada vez más evidente, la necesidad de compaginar y acompañar la incorporación de los avances tecnológicos y científicos, con los mejores valores humanos, para dar sentido, SENTIDO, a nuestro trabajo. 

En este maravilloso contexto, caldo de cultivo de ilusión y compromiso, es donde surge en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Infanta Margarita, el Proyecto: 

“1 año: 12 meses para 12 compromisos” 

Queremos subirnos al “carro de la Humanización”, queremos formar parte de este cambio, queremos vivir la revolución desde dentro, queremos escribir HU-CI con “H” de Humanización. 

Porque estamos convencidos de que un grupo pequeño, en un sitio pequeño…puede hacer grandes cosas!. 

¡¡¡Arrancamos!!! Primer compromiso: La HU-CI Solidaria. 


Podéis seguir nuestra aventura y contactar con nosotros en el grupo de Facebook UCI Infanta Margarita: Proyecto 1 año, 12 meses para 12 compromisos

Dra. María Rojas

miércoles, 19 de agosto de 2015

Sobrevivir a la UCI: ¿pensamos en el trastorno de estrés postraumático?


Cuando ingresamos a un paciente en una de nuestras Unidades de Cuidados Intensivos, en la mayoría de los casos, nuestro objetivo principal es que sobreviva.  Es algo casi intuitivo para un intensivista, sobre todo en los primeros momentos tras el ingreso.





Posteriormente, nos vamos proponiendo otros objetivos y metas, en función de la patología que tratemos, y es el momento en el que nos planteamos: que sobreviva a la UCI, sí, pero… ¿cómo?.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un tipo de trastorno de ansiedad. Se presenta tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático, en el que se experimenta una amenaza excepcional para la vida. 

En este trastorno, se desarrollan pensamientos relacionados con la vivencia y con sus consecuencias, a los que se les da mucha importancia, aumentando el grado de estrés y de agotamiento, tanto emocional como físico, así como de inseguridad, el mundo se percibe como un entorno altamente peligroso, perpetuándose la espiral de angustia y estrés. 

El alta de UCI es considerado un éxito para el equipo asistencial, pero no siempre es percibido como algo positivo “al otro lado del pijama”: puede provocar temor, tanto en el enfermo como en su familia, generándose un sentimiento de desamparo y de pérdida de seguridad, y dando lugar de nuevo a una respuesta de estrés y confusión perpetuando el agotamiento físico y emocional.

Sobrevivir a la UCI, en ocasiones supone un tremendo reto para los pacientes, y un importantísimo cambio con respecto a su vida previa. El TEPT es una secuela que puede impedir el objetivo por el que tanto hemos trabajado: Devolver al paciente a su vida previa…

En la UCI del Hospital Infanta Margarita hemos trabajado un protocolo de prevención del TEPT



Espero que pueda serviros de ayuda.
María Rojas
Médico Intensivista.

viernes, 24 de julio de 2015

Doctora: si me muero, no quiero que se preocupe


- Intensivista de guardia: “Preparad una cama para poner una BiPAP a un paciente en edema agudo de pulmón”.

A priori, no era un ingreso complicado.

Tras la angustia de los primeros momentos, el paciente tuvo muy buena respuesta y pudo retirarse el soporte respiratorio. Es entonces cuando vuelvo a explorarlo y lo que empieza como una entrevista, preguntando por antecedentes y sintomatología de días previos, se convierte en una conversación, y me doy cuenta, que una historia clínica, es la historia de una vida.

Hay un “feeling” especial con ese paciente, un hombre mayor y sereno, cariñoso, con mucho sentido del humor. Hace que entrar en su box sea como tomarse un descanso, una charla entre amigos. Me siento satisfecha, todo va bien….

En pocas horas todo se complica.

Ya no reina ese ambiente calmado en su box: entras y sales, BiPAP, vías, ecocardiografía….rotura de válvula mitral…insuficiencia aguda…. teléfonos…preparativos…

Intento seguir acercándome a él con la misma calma que horas antes, cuando charlábamos de la vida y la familia, de su pequeño huerto. Intento seguir sonriéndole mientras le explico que las cosas no van bien, que necesita sedación e intubación para seguir ayudándole, pero él nota el nudo en mi garganta, entonces me mira fijamente y me dice:

“Doctora, si me muero, no quiero que se preocupe, sé que ha hecho todo lo que ha podido…”

Qué entereza, qué dignidad, que generosidad al pensar en los sentimientos de una desconocida, cuando tu vida se escapa en cada aliento. En ese momento le contesto: “no quiero que hablemos de eso”. Y pienso que mi respuesta no es correcta, que no es mi momento, es su momento, yo también tengo que ser generosa, le cojo la mano, le miro a los ojos y con una sonrisa le digo: “José, vamos a luchar juntos, vamos a hacer todo lo posible”.




Fentanest, midazolam. Cerró los ojos sereno, en paz.

Después, ya podéis imaginar, intubación, ventilación mecánica, balón de contrapulsación, traslado a otro hospital para cirugía urgente. "Ojalá tenga suerte", pensé.

A los dos días, caminando por la calle, leo en una pared. Lo vuelvo a leer varias veces. Era José, su nombre en letra negra sobre papel blanco, con una sencilla cruz encabezando la nota y a pie de página el temido acrónimo D.E.P.

Respiré profundamente y seguí caminando. Se me cayeron las lágrimas. De pena. De emoción.

Qué gran lección de generosidad me has dado José.

Sé generosa siempre, con la palabra, con la mirada, con la sonrisa.


La intensivista llorona.

jueves, 2 de julio de 2015

A menudo lloro en la UCI, por María Rojas

Siempre he intentado controlar esa reacción, superar lo que me parecía un signo de debilidad, de inseguridad… Pero, lo cierto, es que lo que expresan esas lagrimas que no siempre se ven, a menudo son sordas e invisibles, es un profundo respeto, respeto a la vida y respeto a la muerte, al dolor y al sufrimiento, respeto a la profesión. 
A esta reflexión no llegué yo sola, como casi todas las cosas en mi evolución como Intensivista, lo  aprendí de mis pacientes y de sus familias. Me lo enseñaron cuando después de un ingreso en UCI largo y lleno de complicaciones, al alta recibí una tarjeta donde decía “…Gracias doctora, hemos visto brotar de usted lágrimas que curan…”



Así que…sí, a menudo lloro en la UCI, cuando miro a los ojos a un hijo, un esposo, una madre, para tener la conversación más difícil, para pedirles que tomen la decisión más dura o para darles probablemente, la peor noticia de sus vidas.
Es aplastante en ese momento el peso de la responsabilidad, hay que mirar a los ojos con una sinceridad infinita, sentir sus lágrimas, escuchar los gritos mudos que se ahogan en sus gargantas paralizadas, que casi cortan la respiración…compartes su sufrimiento, y en ese terrible momento, ponen en tus manos su tesoro más preciado: la VIDA  de su ser querido. 
¿Podrá haber mayor acto de confianza en otro ser humano? ….Yo creo que bien merece unas lágrimas. 

Me encantaría poder seguir compartiendo con vosotros estas pequeñas historias de momentos y vivencias de la Medicina Intensiva, y aunque me llamo María, a partir de ahora, si os parece bien, podéis llamarme… La intensivista llorona.

Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista
Hospital Comarcal Infanta Margarita, Cordoba