english

sábado, 20 de febrero de 2016

Del paternalismo al cibernalismo sin pasar por la autonomía de la voluntad. Por Félix Martín.

 
Chiquillo de 15 años. Ciclomotor. No está invitado el casco. Pues eso, lo inevitable; ingreso en UCI por traumatismo cráneo-encefálico. Padres en vías de separación. Reproches previos en sala de familiares. Visitas separadas por decisión de las partes.

Nuestro paciente mantiene durante 24 horas marcada somnolencia. El porrazo ha sido grande y con repercusión parenquimatosa. A las 48 horas sus lesiones cerebrales no han progresado y ya mantiene un estado de alerta. Reclama lo que le conecta al mundo, con esa dependencia cibernética de la que aún no hemos reparado que conculca de forma rotunda nuestra AUTONOMÍA personal (la que pretendamos tener o creer que hayamos tenido en alguna ocasión).
 
Reclama el bendito móvil.
 
 
 

No deja descansar al “cacharrito” un solo instante; noticias, whatsapp, música, hasta lo usa de mando a distancia de la tele. Pero, al cuarto día, llega un momento fatal. Comienza a llorar desconsoladamente en una de estas incesantes manipulaciones. Posteriormente conozco que su chica (precocidad obvia), le ha regañado y le dice que ASÍ no le quiere. El chico empeora, sus lesiones progresan y se acaba trasladando a nuestra neuro-UCI de referencia.

Ella, su chica, sin saberlo, y lo digo porque con esa edad se está para otras cosas, ha llegado al planteamiento de un problema fundamental de la Ética: LA RESPONSABILIDAD MORAL. La moral tiene por ámbito las acciones (y pasiones) humanas. Y solo es acción moral merecedora de elogio o reproche aquella que es VOLUNTARIA. Y la voluntad comprende el concepto de ELECCIÓN a la que nos conduce una DELIBERACIÓN previa. En la “Ética Nicomacea” (concretamente en su libro III) a la AUTONOMÍA se le considera “libre albedrío” (albedrío: potestad de obrar por reflexión y ELECCIÓN).

Me niego en acabar sin final feliz.
 
Y os cuento cuatro. Al segundo día de visitas diarias los padres accedieron a hacerlo juntos. El día que se traslado al chiquillo, percibí miradas de complacencia y complicidad entre los padres que no existían el primer día. El chiquillo mejoró tras su estancia en nuestra neuro-UCI de referencia. Y conocí a su chica; apuntaba muy buenas maneras.

Gracias.

Félix José Martín Gallardo.

9 comentarios :

  1. Me has tenido intrigada hasta la última palabra. Y no sólo por la historia superficial, sino por darme cuenta del poder que tienen los actos y las palabras y cómo son capaces de influir en otras personas. Un beso, tito.

    ResponderEliminar
  2. Buenas tardes a tod@s.

    Acabo de escribir un whassap a una compañera del hospital a la que me une una intensa relación: la que se origina de darlo todo por los nuestros. Me escribe en unos términos que bien sabe ella como le agradezco, no solo por quien los hace, sino mas aún, desde que posición moral lo hace y con la autoridad que le confiere SABER MUY BIEN lo que dice (en este caso escribe). Y le contesto con esta frase: “¡que reflejo mas puro el que nos dan nuestros niños! ¿verdad?”. La responsabilidad de la pareja en la orientación de los hijos es el ÚNICO motivo cierto de nuestra existencia, es NUESTRO FIN EN NOSOTROS MISMOS. Para alcanzar algo no hay nada mejor que un buen ejemplo. Con los malos ejemplos, pobres metas.

    Querida María Concepción, todavía te recuerdo en el día de tu nacimiento. Tu queridísima madre te vio después que yo, es lo que tienen las cesáreas. Desde entonces muchas cosas, pero si algo me congratula, es que con ese “un beso, tito” que me escribes sé, sin discusión, que contigo se logró lo deseado al darlo todo por los nuestros: que las familias son fuertes cuando se aman.

    Gracias a unknown y anónimo.

    Gracias.

    Félix José Martín Gallardo.

    swx20088@gmail.com.

    ResponderEliminar
  3. Muchas Gracias Félix
    los finales felices son posibles y el mejor ejemplo es el hacer más que decir
    En la era de la tecnología muy útil por cierto no debemos olvidar enseñar a los niños a disfrutar de las cosas sencillas como la naturaleza el mar .sol. contactos humanos en ellos estas cosas socializan .generan empatia y sentimientos solidarios
    algo que el whatsapp no puede darnos un fuerte abrazo y la mejor sonrisa
    Gran saludo Félix

    Gabriela Vidal

    ResponderEliminar
  4. Muy interesante la profundidad que encierra el texto detrás de una historia que se podría ver como algo simple. Yo no te mando un beso, si no dos, jaja.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Gabriela, ¿Qué tal desde La Plata? Por aquí fresco; allí toca calor ¿no?

    Desde tu “No mas restricciones” de 29 de enero y habiendo tomado buena nota, una de las eliminadas en mi unidad es que se permite usar el móvil (celular creo que dicen allá) a los pacientes que lo piden. Pero fíjate como de la acción beneficiente surge el efecto maleficiente.

    Existe una controversia que afecta a mi alma de aprendiz de bioeticista: la del kaliningradense Kant (nació en Kaliningrado, Rusia) y nuestro estagirita preferido, Aristóteles (Macedonia, de donde era Alejandro Magno).

    Aristóteles asevera que la virtud vale por sí misma ya que el fin último es la felicidad. Es una Ética de la prudencia que estima como la felicidad es un fin empíricamente universal que no requiere de normas éticas que, aún válidas, hacen un aparte de los deseos, inclinaciones o necesidades. Pero para Don Inmanuel eso es propiamente la "no Ética", no pertenecería en absoluto a la Ética, porque la Ética solamente se ocupa de imperativos categóricos y no de imperativos hipotéticos (ya lo conté el día 17/2). Así que esas tenemos.

    Gracias Cristina Domado. Creo que es la primera vez que contactamos.

    ¡Que latino en besarse! ¡Y no uno, DOS! ¿Sabes que pienso? Que si este blog es posible, se debe a nuestro carácter carente de reparo de responder con emoción a lo que nos ha emocionado; el pago con la misma moneda, el saber que al otro lado alguien recoge un monto afectivo que nos garantiza estar un par de puntos por delante en la carrera a la felicidad.

    A LOS SAJONES NO OS PASA ESO. Disculpad si os agredo, pero tengo a los socráticos detrás.

    ResponderEliminar
  6. Gracias Felix por tus escritos como siempre imponentes. Te mando muchos besos.

    ResponderEliminar
  7. Felix, bonito relato. Como dice la canción "lo que importa es la palabra"

    ResponderEliminar