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miércoles, 25 de junio de 2014

Seguimos con el turno de preguntas

Hola a todos, mis queridos canallas.

Hoy os quiero presentar al que para mi ha sido una de las revelaciones del Congreso: Jose Manuel Velasco. Como ya os comenté, me impresionó su ponencia en la Mesa de Humanización organizada por SEEIUC, así que contacté con él y...este es el primer fruto de esta nueva amistad. Hoy el blog le cede la palabra.


Son muchas las voces que en distintos ámbitos y redes han expresado que el reciente Congreso Panamericano e Ibérico de Medicina crítica y Terapia Intensiva, celebrado entre el 15 y 18 de junio en Madrid, ha supuesto un impulso importante en lo que a humanización de la asistencia al paciente crítico se refiere.

Sin duda, en lo relacionado con la humanización de los cuidados este blog ha supuesto un punto de encuentro obligado. Y sin duda igualmente, su promotor contagia entusiasmo y energía a los que nos hemos topado con él recientemente. Entusiasmo que ha conseguido aunar una selección que dará mucho que hablar en este sentido.

Igualmente debemos estar pendientes a otras iniciativas en marcha en estos momentos como el estudio que se está llevando a cabo por parte de los compañeros del Hospital Universitario Central de Asturias para conocer la organización de las visitas en España en estos momentos. Así como una encuesta que se publicará en breve en REMI que profundizará un poco más en dicha organización y la postura de los profesionales ante la misma.

En alusión a la mesa de humanización celebrada el miércoles 18 en el congreso, referida en esta entrada, me uno a las opiniones vertidas en algunos de los comentarios de la misma. La organización de una mesa redonda y su deber de adecuación a unos tiempos concretos supone la oportunidad de ofrecer un caramelo que no da tiempo a deshacer completamente. Pero nos endulza la boca y nos permite saborearlo luego. Esa necesaria limitación temporal obliga a esbozar unos contenidos a los que no se les puede sacar todo el jugo –en el momento- pero a su vez permite oír distintas voces. Y es, la mayoría de las veces, en esas voces que intervienen en el debate posterior a las ponencias de donde podemos extraer las mejores conclusiones.

En un clima excepcional, tuvimos oportunidad de oír varias intervenciones que,  por un lado ponían de manifiesto que es posible una concepción más flexible de las visitas con satisfacción para todos los implicados y que  por otro, reclamaban “pistas” para avanzar en una mayor apertura de nuestras unidades.

La limitación temporal que señalábamos anteriormente nos obligó a esbozar algunas respuestas pero ahora tenemos la oportunidad de profundizar en algunas de las ideas mostradas. Y para ello os enlazo algunos de los documentos más relevantes (disponibles a texto completo en la web) que se citaron en la mesa.
Con respecto a las “pistas” solicitadas, quedamos en que no había una receta universal pero incidimos en la importancia de comenzar a generar el debate que propicie una intervención
necesaria ante el absurdo de la restricción que actualmente imponemos en las unidades. Henneman se atreve a proponer una serie de pasos que pueden resumirse en los siguientes:

* Revisar las recomendaciones basadas en la investigación acerca de las visitas. 

* Clarificar los valores, actitudes y creencias con respecto a la incorporación de los miembros de la familia a ciertos cuidados. 

* Discutir con los compañeros, otros miembros del equipo, pacientes y familiares que han experimentado una experiencia en cuidados críticos para llegar al consenso de cuáles serán las pautas de visitas para su unidad. 

* Adaptar las señales y las condiciones ambientales de las unidades.

* Recibir ayuda institucional para realizar los cambios oportunos recomendados.

* Ser paciente.

Y que podéis encontrar en el siguiente documento.

Un grupo de trabajo del Institute for Patient- and Family-Centered Care propone erradicar la palabra visitas desde una concepción necesaria de considerar a los familiares como algo más que visitantes (“She is not a visitor; she is my wife.”) Hicimos alusión a un documento generado por ellos en el que también se aclara algo que quizás quedo un poco diluido en lo referente al papel que pueden jugar los familiares en la prevención de problemas relacionados con la seguridad del paciente.

CHANGING HOSPITAL “VISITING” POLICIES AND PRACTICES: SUPPORTING FAMILY PRESENCE AND PARTICIPATION

Citamos varias guías o conjunto de recomendaciones entre las cuales destacamos:

* La Guía de buenas prácticas de la RNAO revisada en 2006, genérica en cuanto a la atención y apoyo a las familias pero con interesantes propuestas adaptables por completo a nuestro entorno.

* Otra guía de la Asociación de enfermeras británicas de cuidados críticos (BACCN). Nurs Crit Care 2012, 17:213–218

* La de las enfermeras americanas de críticos: American Association of Critical Care Nurses (2011) Family presence: visitation in the adult ICU.

* Y la del American College of Critical Care MedicineTask Force 2004–2005, de la Society of Critical Care Medicine (2007) 

Clinical practice guidelines for support of the family in the patientcentered intensive care unit: American College of Critical Care Medicine Task Force 2004–2005. Crit Care Med 35:605–622

Y aunque las diapos fuera de contexto dicen poco, ahí os dejo la presentación que sirvió de apoyo para una de las ponencias. 

Seguimos con el turno de preguntas…

10 comentarios :

  1. De nuevo felicitarte Jose Manuel por la magistral ponencia,y a Gabi por permitir este foro de reflexión.
    En mi hospital,aunque el horario estipulado es muy restrictivo(30min mañana/tarde con posibilidad de intercambio) existe una cierta flexibilidad.
    En pacientes crónicos(traqueostomizados con destete prolongado) en algunas ocasiones se permite permanecer más tiempo e incluso que participen en los cuidados(darle de comer).
    En pacientes agitados,permanecer e incluso en una ocasión dormir junto al paciente,lo que disminuyó la necesidad de contención farmacológica y la retirada de las retricciones físicas.
    En pacientes con deterioro cognitivo(síndrome de down)se permitió el acompañamiento durante todo el día por un familiar.
    Sin embargo,esta permisividad depende del profesional,dándose situaciones en las que el día anterior se le permitió estar toda la tarde,pero al día siguiente la enfermera que le toca sólo le deja estar los 30min de rigor porque "me molesta".
    Aunque,en el que parece que hay mayor consenso es los pacientes que están a punto de morir,que se les adecúa dentro de las posibilidades de infraestructuras(uci con muy pocos box individuales)permitiéndoles despedirse de su familar.
    Creo que sí que está habiendo un gran cambio en la mentalidad de los profesionales,y la semilla terminará germinando.
    Nosotros hemos hecho el estudio a pacientes,familiares y profesionales,y a hora estamos en el diseño del protocolo de acogida.
    Desde entonces,las visitas se han ampliado un poco(sobre todo por la tarde) y aunque existe incertidumbre y miedo al cambio,se ha creado una
    conciencia que espero nos permita en un futuro muy próximo abrir nuestras preciadas puertas.

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    1. Gracias Tayra por tu comentario.
      En el mismo pones de manifiesto algo que no podemos obviar: "Para abrir las puertas es necesario abrir la mente."
      No se trata sólo de un cambio organizativo sino cultural. Y ambos se retroalimentan.
      Creo que estas reflexiones nos sitúan en la senda que muchos estamos dispuestos a transitar.

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    2. Gracias Tayra, efectivamente hay que individualizar pero el trato no puede depender exclusivamente del profesional que esté ese día. Hay que llegar a acuerdos, analizar hacia donde queremos caminar y dar la oportunidad a todo el mundo de expresar sus necesidades y sus miedos. Estoy con José Manuel, la primera REVOLUCIÓN tiene que ser desde cada uno de nosotros, y desde ahí nunca más caminaremos solos.

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  2. Gracias Gabi por tu blog y gracias a Jose Manuel por este estupendo post. Me alegra ver, como cada vez son más los profesionales sensibilizados con este tema.
    Aunque todavía creo que el sistema gira en torno al profesional y no en torno al paciente, como debería ser, se escuchan cada vez más voces que demandan unas visitas menos restricitvas.
    Una frase, que se cita en el post, creo que resume toda esta corriente, “She is not a visitor; she is my wife.”.
    ¿Quienes somos nosotros ,para no permitir "al marido", acompañar a su ser querido en una situación tan delicada y estresante?¿Quien nos ha otorgado ese "poder"?.
    A veces hace falta ser "paciente" (en ambos sentidos) o familiar, para poder sentir esa angustia que se experimenta cuando en la última visita, dejaste a tu "marido" nervioso, sudando, sin poder respirar bien. Y alguien te dice: "Ha terminado la visita, no se preocupe...si hay un cambio a peor ya le llamaremos por teléfono".
    ¿Qué no me preocupe?(esta pregunta iría acompañada de algunas palabras malsonantes, claro está.).
    Creo que habría que tantear al personal sobre el tema e introducir ese debate, utilizando algunas de la herramientas que nombra Jose Manuel.
    Muchas gracias por hacernos pensar.
    Pako Millán (DUE H. Costa del Sol)

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    1. Gracias a ti Paco.
      Estas son las ideas que más de una vez (y de diez) hemos tenido la oportunidad de comentar in vivo y de madurar juntos.
      Estoy seguro de que ahora tú las trasladas en ese querido hospital que nos ha visto crecer en lo personal y en lo profesional.
      Como siempre decía, allí hay muchísimo potencial que, sin duda, lo conforma el valor de sus profesionales.
      Aprovecha colega.
      Un abrazo amigo.

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    2. Gracias Paco por tus amables palabras. Sin duda, NO SOMOS NADIE. Para saber lo que necesita cada paciente, al igual que a unos les damos tanto de captopril y a otros tanto más, hay que adecuarse a cada situación. La reflexión es fundamental, pero si no llevamos a cabo acciones, será estéril. Vamos a aprovechar el tirón, y vamos a trabajar todos juntos con un solo objetivo: mejorar la atención de pacientes, familiares y profesionales de nuestras UCIs. Muchas gracias a tí por abrir la puerta

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  3. En mi caso no me tocó entrar en terapia pero si estuve internado en observación por una herida de arma blanca que efectuó un corte de la mitad de la arteria aorta por lo cual estuve un día en sala pero si puedo dar fe que en dicha ocasión en primera instancia se efectuaron solo 5 puntos para saturar la hemorragia. Al solicitarle a la enfermera si me podía acompañar hasta el baño por el suero que tenia en mi brazo que sin pretender provocar una nueva hemorragia, se abrió dicho corte. Por la nueva hemorragia que se acababa de crear recibí un trato poco amable, más bien ostil y molesto por parte de esta enfermera... Supongo q respondía a sobrecarga de trabajo y falta de personal por lo cual quizas ahumentando los rrlecursos humanos en personal el trato y la predisposicion. Quizas lo cambiaría por uno mas cordial y humano.

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    1. Gracias Pablo: es que hay que romper un mito. No depende de la camiseta que lleves (seas enfermero, médico, auxiliar...). Depende del grado de empatía y compasión que estemos dispuestos a alcanzar. Antes que profesionales, somos personas.

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  4. Por cierto, olvidé un dato importante. Se saturó mediante 12 puntos y 24 por fuera a lo que la doctora ahumada quien me atendía en sus rondas muy amablemente preguntaba a cada rato como me sentia y como estaba la cosa que no puedo decir de dicha enfermera, que aludía que la hemorragia fue porque me tocaba dicha herida. Por lo expuesto seria más que importante acordar qué postura se tomará: una hostil o una cordial, entre médicos y enfermeros

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    1. Cordial... por supuesto, entre todos los implicados en el proceso, el paciente y su familia. Cordial.
      Gracias Pablo.

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