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miércoles, 3 de febrero de 2016

Gracias


Hola a tod@s, mis queridos amigos.

Hace poco escribí una carta a la familia de uno de mis pacientes, que lamentablemente falleció a pesar de todo.

Es curiosa la vida y cómo parece que todos estamos conectados de una manera u otra, porque parece como si me hubiera llegado la respuesta a aquella carta.

Ayer vino a verme el marido de Eva, una mujer de 41 años de edad que ingresé en la UCI la semana pasada.

Avisaron desde Urgencias porque a pesar de haberla realizado analíticas y pruebas, no sabían lo que tenía pero no pintaba bien. Cuando fuimos a verla apenas podía respirar y estaba en fracaso multiorgánico: hemodinámico, renal, respiratorio, coagulopatía, trombocitopenia y acidosis láctica.

La ingresamos en la UCI y al rehistoriarla y escucharla, la diagnosticamos.

Le expliqué a José (su esposo) que tenía que ir a cirugía urgente porque si no controlábamos la causa no sobreviviría. Estaba en situación de riesgo vital. Aturdido, entendió perfectamente la situación.

El hecho es que con todo esto, el tratamiento antibiótico y todo el soporte orgánico, Eva se curó. Cuando el lunes llegué a la UCI estaba respirando por sí sola, y lo primero que me dijo al verme con una sonrisa enorme fue: "Gracias por salvarme la vida."

Estas palabras simples, te conectan de forma instantánea. Uno se siente en consonancia con este trabajo tan duro y tan increíble al mismo tiempo.

Siempre he pensado por qué esto sucede en contadas ocasiones. ¿Por qué vienen a vernos tan poco a la UCI?. Personalmente, me encanta ver a los pacientes vestidos de calle. Para mí es un regalo.

Creo que muchos pacientes y muchas familias no son conscientes del todo de lo cerca que están de morir. Otras veces, pienso que la experiencia es tan difícil para ellos que no quieren recordar su estancia con nosotros.

Pero, por otro lado, siento que si esto ocurriera más a menudo, no habría un solo profesional con su vocación oxidada. Estimados amigos, esto también es cuidar al cuidador.




José entró en la UCI con una caja de bombones y esta tarjeta. "Nunca podré agradecerte lo que hiciste por ella y por toda la familia." Lo hicimos como equipo, todos juntos a su servicio, porque es nuestro trabajo.

Un trabajo que también puede ser redondo y maravilloso, pero que nos cuesta verlo todos los días.

Nos dimos un abrazo de esos que dejan huella para siempre. Y fuimos juntos a ver cómo estaba Eva.

Al final del día, recibí otro mensaje: un video de sus dos hijas dándome las gracias por el cuidado de su madre.

Al final del día les di las gracias. Me hicieron sentir en completa armonía con mi elección en la vida.

Y eso no tiene precio.

Feliz Miércoles
Gabi

5 comentarios :

  1. Felicidades Gabi. Siempre en sintonía 😉😘

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  2. Pues ESO, Gabi. Que GRACIAS!! 😘😘😘

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  3. Que importante esa palabra. Necesitamos que nos la digan. Pero me pregunto yo : la decimos nosotros lo suficiente? A nuestros compañeros de trabajo , a los pacientes y familiares? Para recibir debemos dar . Gracias Gabi !!!

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  4. Buenos días a tod@s.

    Si no fuera porque es rigurosamente cierto, no sería digno de contar. Ayer martes 2/2/16 tuvimos en nuestra UCI la misma grata satisfacción. Y una detrás de la otra. Coral (recordais, la dama hongkonesa) primero por la mañana, y Charo (severo distress de 10 días de evolución) por la tarde, nos agradecían, por escrito, el TRATO, tanto FÍSICO como EMOCIONAL dispensado en el ingreso. Ambas eran ya, alta a domicilio. Y con algo que, pienso, queriendo compensar las inacabables horas de amargura, son una dulce rúbrica: CAJÓN DE BOMBONES.

    Dr. Heras, querido Gabi, “¿Por qué vienen a vernos tan poco a la UCI?”.

    Pues si, unos por no conocer la trascendencia vital del esfuerzo de todos, incluido el fisiológico del paciente. Otros por lo que dices, y que María Rojas explicaba muy bien en su hospital el día 26 de enero: son experiencias de un IMPACTO TRAUMÁTICO INCONMENSURABLE.

    El ser humano es EXISTENCIALISTA, “la cuestión fundamental en el ser es la existencia, en cuanto existencia humana, y no la esencia, y que respecto al conocimiento es más importante la vivencia subjetiva que la objetividad”. La vida es dura, lo sabemos, y al hacerlo, intentamos evitar su afronta. Kafka o Musil ya lo dejan escrito, y Frank además vivido.

    Pascal ya consideraba como “la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y contradicción” o Kierkegaard, papá del actual Existencialismo, resalta la ambigüedad y lo absurdo de la situación humana. Martin Heidegger está con los previos y añade sin tapujos que: “la humanidad se encuentra en un mundo incomprensible e indiferente”. Insoportable ¿verdad?

    Pero las guerras, IMPACTO TRAUMÁTICO INCONMENSURABLE a escala general, echan luz en tanto derrotismo. Sartre, acabada la II Guerra Mundial, considera que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, su existencia es “pasión inútil”. Y por eso yo creo que nos preguntamos: ¿me sirve de algo, hay alguna RAZÓN para agradecer, cuando ha cambio de que, ha sido mi vida la que ha sufrido? Cuando la encontramos, y nos la hacen llegar: “Uno se siente en consonancia con este trabajo tan duro y tan increíble al mismo tiempo”.

    Gracias.

    Félix José Martín Gallardo.

    swx20088@gmail.com

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  5. Pacientes y familiares con H que humanizan y sanan a los profesionales. Conexiones infinitas..., el post de ayer sin ir más lejos: "La cosa está que arde, por José Manuel Gómez".

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