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sábado, 11 de junio de 2016

La distancia no es el olvido

 
Hace hoy justo un año que pasabas al otro lado, y no puedo contener las lágrimas recordando las palabras de Alfredo, y todo lo vivido.
 
Un año en el que tus lecciones cada día ayudan a más gente, quién te lo iba a decir.




Desde luego, la distancia no es el olvido. Fíjate que siento que me sigues y acompañas desde lejos, tú y otras muchas personas, y que cada día mandáis fuerzas para no desfallecer. Si no, sería imposible hacer todo lo que estamos haciendo.
 
Así que seguimos viviendo, con humor, actitud y poniendo el alma en lo que hacemos.
 
La vida y la muerte.

 
Juan Francisco Heras Sacristán
2-4-1937 / 11-6-2015

 
Cuídate Paco, y gracias por estar.
 


Gabi

3 comentarios :

  1. Un abrazo enorme Paco! Y gracias por acompañar a Gabi en esta maravillosa andadura.
    Besos hermano

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  2. Esa es la magia de los seres especiales. que hacen de la muerte algo especial, despojándola de ese aura de tabú que nos empeñamos en darle a esa compañera que nos lleva de la mano. Sólo esas personas hacen que sea una experiencia de paz para quienes nos quedamos aquí. Su compañía y hermoso recuerdo nos infunden todo lo que necesitamos para continuar. Cuando alguien así entra en tu vida, su muerte te hace ser mejor persona. Un saludo de alguien que ya vivió esa bendición.

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  3. Buenos días a tod@s.

    “……..me sigues y acompañas desde lejos”.

    Escribía J. L. Pinillos en 1969 en su libro “La mente humana”: “El recuerdo, evocación que se apoya básicamente en procesos mentales de reconocimiento y reproducción de dichos contenidos” y François Mauriac confiesa que “la muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida si que nos los roba muchas veces y definitivamente”.

    En su ”Carta a Meneceo” Epicuro dice: “Nada hay de molesto, pues, en la vida para quien está persuadido de que no hay daño alguno en dejar de vivir”.

    Pero Aristóteles asienta un concepto, la “anagnórisis” (Αναγνώρισης), como reconocimiento a los seres queridos que ya no están, revelando aspectos desconocidos de los mismos. La revelación de esta verdad adapta y acomoda un destino por quien lo hace que en consecuencia ayuda al desarrollo de posteriores cometidos.

    Querido Gabi, coincido con J. L. Pinillos, considerando que el recuerdo a los queridos que han partido nos distingue como seres humanos y humanizantes, y desde el convencimiento de que, efectivamente, nos siguen acompañando, me uno en tu recuerdo a aquellos que nos permiten seguir recordandoles al habernos dado la capacidad de continuar sus obras y enseñanzas.

    Gracias.

    Félix José Martín Gallardo.

    swx20088@gmail.com

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