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viernes, 11 de marzo de 2016

Rechazar el tratamiento...o ¡amar la vida! Por Olga Rubio


He leído una noticia que da que pensar y que sentir.


Una anciana de 90 años es diagnosticada de cáncer uterino. Y como cualquier diagnóstico va acompañado de una propuesta de tratamiento, en este caso cirugía, radiación y quimioterapia.

Le explicaron con meticulosidad los detalles, el tratamiento, los efectos secundarios.Y al finalizar, la paciente (se llama Norma) dijo:

"Tengo 90 años, me estoy muriendo, pero no pienso hacerlo en un hospital lejos de mi familia’.

Decidió rechazar el tratamiento y hacer un viaje en caravana por EEUU con su hijo, y disfrutar del tiempo que le quedaba en compañía de su hijo.




Decidió amar la vida.

Al principio, sus médicos no entendían su decisión. Pero luego comprendieron:  a veces se gana perdiendo.

En ocasiones, los médicos estamos tan centrados en hacer diagnósticos y tratamientos brillantes que podemos olvidar lo importante. Aquello de que “los árboles no nos dejan ver el bosque”. 

Todas las personas tenemos una biografía: un pasado, una familia, unos sueños, unas ilusiones, una forma de vivir la vida...

Y deberíamos aprender a tomar decisiones compartidas con los pacientes: escucharles para entenderles, valorarlos de forma global, y no como una enfermedad. Y , aunque nos cueste, aceptar el rechazo al tratamiento de personas informadas, competentes, autónomas y que son consecuentes con sus decisiones.

Se trata de tratarles como les gustaría ser tratados a ellos, no a nosotros.

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