La comunicación es una herramienta fundamental de la que disponemos los profesionales de la salud y a la que no siempre le damos el valor y atención que merece.
En el caso de la valoración del dolor, la comunicación verbal con el paciente es clave, así el informe verbal o autoinforme del nivel de dolor por parte del paciente se considera el gold estándar para su valoración.
Gran parte de los pacientes que ingresan en la UCI pasan un periodo de tiempo en los que su capacidad de comunicación verbal se pierde, bien por la propia patología, nivel de sedación y/o ventilación mecánica, generándose una gran barrera para valorar el dolor.
Pero el hecho de que un paciente no pueda comunicar verbalmente el dolor que experimenta, no niega que lo esté sintiendo, debiendo asumir la presencia de dolor en pacientes no comunicativos, de igual modo que en pacientes comunicativos, ante la realización de procedimientos similares.
En los últimos años se han desarrollado herramientas basadas en la asociación de conductas como ciertas expresiones faciales o movimientos corporales y la presencia de dolor, permitiendo aproximarnos al dolor que experimentan los pacientes que no pueden comunicarse de forma verbal, pero a pesar de su conocimiento por parte de los profesionales, su uso es escaso.
Entre los motivos que se describen en la bibliografía se encuentra el exceso de tecnología, que en muchas ocasiones nos despista de la observación del paciente y de la detección de esas expresiones de dolor. La falta de tiempo, es otra de las razones por la que no nos detenemos a observar al paciente, dando prioridad a otros cuidados.
Espero que esta reflexión, nos haga pensar y concienciarnos de la importancia de detenernos unos minutos y observar al paciente para valorar si está sintiendo dolor.
La comunicación no sólo es verbal.
Gran parte de los pacientes que ingresan en la UCI pasan un periodo de tiempo en los que su capacidad de comunicación verbal se pierde, bien por la propia patología, nivel de sedación y/o ventilación mecánica, generándose una gran barrera para valorar el dolor.
Pero el hecho de que un paciente no pueda comunicar verbalmente el dolor que experimenta, no niega que lo esté sintiendo, debiendo asumir la presencia de dolor en pacientes no comunicativos, de igual modo que en pacientes comunicativos, ante la realización de procedimientos similares.
En los últimos años se han desarrollado herramientas basadas en la asociación de conductas como ciertas expresiones faciales o movimientos corporales y la presencia de dolor, permitiendo aproximarnos al dolor que experimentan los pacientes que no pueden comunicarse de forma verbal, pero a pesar de su conocimiento por parte de los profesionales, su uso es escaso.
Entre los motivos que se describen en la bibliografía se encuentra el exceso de tecnología, que en muchas ocasiones nos despista de la observación del paciente y de la detección de esas expresiones de dolor. La falta de tiempo, es otra de las razones por la que no nos detenemos a observar al paciente, dando prioridad a otros cuidados.
Espero que esta reflexión, nos haga pensar y concienciarnos de la importancia de detenernos unos minutos y observar al paciente para valorar si está sintiendo dolor.
La comunicación no sólo es verbal.
Imagen
tomada de: Rahu MA, Grap MJ, Cohn JF, Munro CL, Lyon DE, Sessler CN.
Facial expression as an indicator of pain in critically ill intubated adults during endotracheal suctioning. Am J Crit Care. 2013;22(5):412-22.
Facial expression as an indicator of pain in critically ill intubated adults during endotracheal suctioning. Am J Crit Care. 2013;22(5):412-22.
Yo de esto aprendí un poco acompañando a mi padre a morir. Observándole en sus últimos días, cuando sabíamos que ya ninguna técnica podía recuperarle, toda la familia se centró en observar su expresión, sus gestos, su manera de respirar. Si levantaba una mano con sus escasas fuerzas o fruncía el ceño...ese era el aviso que nos hacía saber su disconfort. Pedimos al equipo médico que sólo se centrara en aliviar su sufrimiento. No más analíticas para nada, ni otros tratamientos que no tuvieran otro fin que acompañarle a morir dignamente. Pero para saber discernir y observar tan finamente hay que querer y saber mirar. Y no todo el mundo está preparado, simplemente, para mirar al paciente.
ResponderEliminarSe debería incorporar más a la rutina diaria las escalas validadas de dolor en pacientes intubados (BPS, FLACC en niños). Creo que están infrautilizadas, cuando no desconocidas.
ResponderEliminarSigo pensando que en pleno siglo XXI, con Profesionales perfectamente cualificados/as, con fármacos seguros y muchos de ellos económicamente baratos; que nuestros pacientes padezcan dolor. No es tolerable que no hagamos uso de las herramientas y de los tratamientos no farmacológicos y farmacológicos para mitigar el dolor.
ResponderEliminarLa valoración del dolor debe integrarse en nuestro trabajo como la 5ª constante vital. Todo paciente tiene derecho a aliviar su dolor, y todos lo sabemos, es bueno reflexionar, por qué fallamos.
ResponderEliminarBuenas noches a tod@s.
ResponderEliminarAristóteles fue el primero en plantear el dolor como una alteración del calor vital del corazón determinado por el cerebro, y además, ”……convengo con todo el mundo en que el dolor es un mal y que es preciso evitarlo. Tan pronto es un mal absoluto, como es sólo un mal relativo, porque se nos presenta como obstáculo para hacer ciertas cosas”. (Ética a Nicómaco. Libro séptimo. Capítulo IX).
Candelas, gracias. De nuevo la visión de una enfermera. Es tanto lo que se descubre con el cuidado del paciente que, en los pacientes críticos sin posibilidad de verbalización, vuestra mirada aboga por su bien.
Comunicación no verbal. La de la madre con su recién nacido, la del religioso con su dios, la de la pareja de amantes, la que nos dan las imágenes cotidianas, las que nos trasmiten con sus rictus los pacientes.
Es mal absoluto y a la vez relativo, entendido como RELACIÓN, erigido frente a una voluntad de ayuda y de poder ayudar. ¿Por qué no lo vemos? Puede ser porque no MIRAMOS.
Ya ves (y nunca mejor traído) Susana Sayas,”.... para saber discernir y observar tan finamente hay que querer y saber mirar. Y no todo el mundo está preparado, simplemente, para mirar al paciente”.
Gracias.
Félix José Martín Gallardo.
sx20088@gmail.com
Magnifica reflexion sobre comunicación no verbal tantas veces necesaria, le felicito Candelas López con su visión de la labor enfermera nos hace ser mejores profesionales.
ResponderEliminarDefinitivamente el cuidar del otro desde el enfoque de enfermería implica el estar con el paciente, en el acompañamiento que va mas allá de una hoja de monitoreo que solo registra datos objetivos con enfoques médicos ,aun en nuestros registros no se registra datos subjetivos del paciente y allí podríamos valorar no solo el dolor, sino la angustia, la sensación de sed, el miedo, la ansiedad, y todas esas sensaciones que pasa un ser humano en una unidad critica....pero lo mas importante es que tengamos esa capacidad de estar en el lugar del otro, esa capacidad de ALTERIDAD.. y como decía Susana aprender a querer a nuestro prójimo.Muy buena reflexión...
ResponderEliminar