Parece que no cabe ninguna duda de que “la revolución de la
humanización” está en marcha. Al menos en las redes así es, lo que debería
denotar que también lo es en la mente y los propósitos de los que pertenecen a
las mismas y así lo transmiten.
El problema, en ocasiones, es que las
organizaciones (y sus representantes) muestran un mensaje excesivamente
contradictorio y se aprecia (en más ocasiones de las deseables) una falta de
correspondencia entre los buenos propósitos expresados y las medidas puestas en
marcha para llevarlos a cabo.
Eso en mi tierra se llama vender humo y creo que
puede hacer un flaco favor a este movimiento en el que múltiples organizaciones
(y sus representantes) se unan a unos mensajes y eslóganes que no se doten de
contenidos reales.
Dicho esto, creo que hay que poner en valor a esas otras
instituciones que SÍ han apostado y apuestan por la coherencia en su discurso
con programas concretos y aplicables
aplicados que muestran resultados incuestionables.
Y es el caso de la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y de su apuesta por la formación en
COMUNICACIÓN, como vehículo imprescindible para lograr otros objetivos, por
todos conocidos y en los que nos hacen ser referentes mundiales.
Mamen Segovia
es la directora del “Curso de comunicación en situaciones críticas” de la ONT
y, por tanto, la responsable de la formación de miles de profesionales en
habilidades comunicativas en momentos de
especial dificultad. Sería imposible e injusto no relacionar los buenos
resultados en donación con la formación adecuada en todo lo relacionado con el
proceso de los profesionales que intervienen. Me parece uno de los mejores
ejemplos de que cuando se cree en algo, se toman las medidas oportunas y se
revisan de forma constante para mejorarlas, los resultados acompañan.
La semana pasada, hemos tenido la ocasión de disfrutar una vez
más de la compañía y los conocimientos de Mamen, en una jornada intensa (en
todos los aspectos) organizada por SATSE
Málaga. Veinte enfermeras de distintos ámbitos asistenciales hemos
comprobado como la formación en comunicación es una tarea pendiente en las
instituciones.
Frecuentemente creemos que aprendemos a comunicarnos copiando
modelos de otros compañeros más veteranos y obtenemos ese conocimiento casi
exclusivamente de las experiencias (buenas y malas), pero la experiencia por si
sola NO mejora las habilidades para la comunicación.
Mamen nos lo ha demostrado
y ha clarificado distintos aspectos que sirven como base para una mayor
profundización y para que esa nueva experiencia, basada en esas premisas
básicas, SÍ propicien buenos resultados. Ella nos hizo ver cómo, partiendo de
las vivencias personales que ponen de manifiesto unas necesidades, el abordaje
profesional debe ser planificado. Y como debemos contar con unos objetivos
claros y unas habilidades para llegar a conseguirlos. Unas horas de análisis, empatía, respeto y de autenticidad de la que ella misma es el mejor
ejemplo.
Una jornada en la que se percibió el deseo generalizado por parte de
los asistentes, de poner en práctica, casi impacientemente, los recursos trabajados y que probablemente marque un
punto de inflexión en el abordaje de la comunicación de todos ellos.
Aprovechémonos de los que saben de ésto para que esa
corriente humanizadora se traslade a la realidad de las unidades y a las 5
enfermeras que hoy están de turno (perdón, a las 4 que quedan, que la supervisora
“ha tenido que sacar” a una de ellas).
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