Hola a tod@s. Mucho trabajo, pero muchas ganas de compartir con tod@s vosotr@s esta historia con final feliz. Me remiten una historia real de las que conocemos, del día a día, pero desde "el otro lado de la cama". Muchas gracias a su autor, Jose Luis. Y mi más sincera enhorabuena, porque habitualmente en esta vida, no se tienen dos nacimientos.
Feliz fin de semana a todos, y ya sabéis..."el domingo descansó". Y aún a riesgo de perder muchos seguidores en este querido espacio personal...¡aupa atleti!.
VOLVER PARA CONTARLO. HISTORIA
DE UN INFARTO
(Versión original subtitulada)
(Versión original subtitulada)
ANTECEDENTES:
Padre de familia decide pasar
la Nochebuena en casa de unos familiares, acompañado de su esposa e hija. Tras
la cena y un gin-tonic, para acompañar una sobremesa que se prolonga hasta casi
las tres de la madrugada, decide, de acuerdo con los demás coetáneos que, una
vez que los más jóvenes han salido para prolongar la fiesta, lo más prudente es
irse a descansar a la piltra, pero ¡¡¡oh SORPRESA!!!
VERSIÓN
ORIGINAL:
(Versión
dirigida únicamente para quienes visten batas de los más diversos colores y
dedican una buena parte de sus vidas a intentar salvar la de los demás,
haciendo turnos y compatibilizando dicha actividad con su participación en la marea
blanca los fines de semana)
10156275 INFORME CLÍNICO 13D644233
ASIST. Hospitalización agudos.
Fecha del ingreso: 25-12.2013
Paciente de 56 años que es traído porque
a las 3 de la mañana comienza con dolor torácico de características anginosas.
Es valorado a las 8,30 por el SUMMA que al objetivar elevación del ST activa
código IAM llegando al hospital (Gregorio Marañón) a la 8,55 directamente a HA.
Cuando se pasa a la mesa el paciente entra en situación de tormenta arrítmica
con multitud de FV que precisa al menos de 8 descargas, sieno preciso IOT
previa sedorrelajación con etomidato y rocuronio y perfusión de amiodarona. El
tiempo total de PCR se estima en torna a 20-30 min.
¡¡¡ERROR!!!, de descansar,
nada. En lugar de dejarme mecer en los brazos de Morfeo, comienzo a sentir un
ligero malestar. Todo parece apuntar a que los excesos de la cena y la falta de
costumbre están dispuestos a pasarme factura y puede que me espere una noche
toledana.
El malestar me recordaba
cada vez más al que uno sentía de joven, tras haberse excedido con las copas
pero, curiosamente, venía acompañado de unas molestias, cada vez más intensas,
en pecho y espalda y de un sudor gélido que empapaba el pijama que, por ser
invierno y estar en casa ajena, llevaba puesto aquella noche.
Cuando Marina, mi mujer, tuvo conocimiento de lo que me ocurría, insistió en que nos acercáramos a “urgencias”, pero yo desestimé su propuesta alegando que era mejor esperar a ver si se me pasaba. Como las mujeres, como todos sabéis, resultan inasequibles al desaliento, esta propuesta se repitió varias veces a lo largo de la noche y, como a los hombres, como todos sabéis, a cabezotas no nos gana nadie, yo le correspondí con igual número de negativas.
De nuevo ¡¡¡ERROR!!!, aproximadamente
a las ocho de la mañana, el dolor no sólo no se me pasaba sino que iba a más,
hasta el punto en que, muy a mi pesar, me vi obligado a claudicar y a rogar, no
que nos acercáramos a urgencias, sino que las urgencias se acercarán a mí.
En este punto y en este
estado, no os podéis hacer una idea de lo que tarda el SUMMA; a pesar de que
todos los demás dijeron que se presentó de inmediato.
Una vez que te ves rodeado
de uniformes de colores, bandas reflectantes, estetoscopios, tensiómetros y que
empieza a pedir uno a otro que le pase “n” miligramos de distintos farmacos que
terminan en “ina”, de los que únicamente reconoces la morfina y que instantes
después comienzan a introducir en tu cuerpo por una vía que no sabrías decir
muy bien cómo es que se encuentra en tu brazo, comienzas a dejarte ir…
Los que no tienen esa
suerte son los familiares que te rodean que, visto lo visto, están más acojonados
que tú, pues por lo que han podido ver y oír al personal del SUMMA ya saben que
la cosa es bastante más jodida de lo que inicialmente pudieron haber pensado y
además, se les niega la posibilidad <<afortunadamente para ellos>>
de acompañarte en la “ambulancia” (UVI
MOVIL).
Una vez en la UVI MOVIL y
ya con total impunidad, un nuevo chute de “n” miligramos de “inas” de los que
sigues reconociendo únicamente la morfina y, tras unas palabras a través de la
emisora de radio y un breve trayecto, vuelta a descender de la “ambulancia”,
voces, carreras por pasillos que están o te parecen estar a media luz y, en un
determinado momento, te ves rodeado de un numeroso grupo de gente que percibes
agitado, hablando entre sí con voz elevada y manejando una jerga que te resulta
totalmente ininteligible, perdón, casi totalmente ininteligible, pues algo de
lo que oyes si te suena familiar de haberlo oído en “Hospital Central”, en
“House” o alguna otra serie similar; a saber: “Cargar las palas”, “masaje
cardiaco”, “vamos todos fuera, que voy”, “cargando de nuevo” y, entre una y
otra reiteración de dichas frases, ¡¡¡DESCARGA QUE TE CRIÓ!!!.
Por cierto, creo que es
importante que sepáis que”, entre descarga y descarga, el más fornido de todos los que te rodean,
mezcla de portero de discoteca y levantador de pesas balcánico, so pretexto de
aplicarte lo que creo denominan “técnicas de reanimación cardiaca coloca sus
manos sobre tu pecho y prueba a utilizarlo como su único punto de apoyo de
forma repetida, hasta que nuevamente se oye aquello de “vamos todos fuera, que
voy”. Afortunadamente, de las “al menos ocho descargas” que cita el informe, yo
sólo me enteré de dos o tres y a partir de ahí (…)
Mi vuelta, para poder
contaros esto, se debió producir, según me comentaron después, sobre las 18,30
ó 19,00 horas del mismo día y fue relativamente agradable. Una voz dulce me
llamaba por mi nombre y me preguntaba ¿Qué tal José Luis, como te encuentras? a
lo que, tras su insistencia, respondí: “Creo haber tenido momentos mejores”.
Lo acontecido, de aquí en
adelante, podríamos encuadrarlo dentro de la habitual rutina hospitalaria,
siempre y cuando el paciente decida mirar al techo, en lugar de ser curioso y
decidir ver como retiran el introductor que le habían puesto en la femoral y
compruebe que, en lugar de medir 3 ó 4 centímetros, resulta ser más largo que
un día sin pan y además se encuentra ensangrentado.
¿Pero qué pasó desde las
8,00 horas, que perdí de vista a mi familia, hasta las 18,30 horas en que volví
del Limbo, para hoy poder estar contándolo?
Pues bien, tras mi
traslado al hospital, los familiares que se encontraban conmigo en aquel
momento, se habían dirigido al hospital y mi mujer y mi hija habían llamado a
mi hijo para informarle de mi ingreso y éste y mi nuera se habían encargado de
trasladar la noticia a mis hermanos y otros familiares allegados.
Para los familiares que,
desde el primer momento, se encontraban en el hospital la ausencia de noticias
resulta terriblemente angustiosa. La única información recibida ha sido “su
estado es muy grave”, “todavía se le está interviniendo”. Por fin, sobre las
13,30 se informa: “De momento se encuentra con vida, pero su estado es muy
grave, las próximas 48 horas son críticas para saber si conseguirá salvarse”.
AFORTUNADAMENTE
YO ME ENCONTRABA EN AQUELLOS MOMENTOS, EN EL YA INEXISTENTE LIMBO DE LOS JUSTOS
Y NO TUVE QUE PASAR EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO QUE HUBO DE SOPORTAR MI FAMILIA
DURANTE AQUELLAS HORAS.
Por otra parte, la versión original continuaba así:
EVOLUCIÓN:
Ingresa como código infarto,
realizándose intervencionismo sobre coronaria derecha; presenta durante el
mismo PCR con múltiples episodios de FV requiriendo intubación orotraqueal y
sedorrelajación. Durante el ingreso se ha encontrado clínica y hemodinámicamente
estable.
JUICIO
DIAGNÓSTICO:
INFARTO DE MIOCARDIO INFEROLATERAL Y DE
VENTRÍCULO DERECHO KILIP IV, COMPLICADO CON TORMENTA ARRÍTMICA. ENFERMEDAD
ARTERIAL CORONARIA DE TRES VASOS CON REVASCULARIZACIÓN PARCIAL PERCUTÁNEA DE
CORONARIA DERECHA DISTAL CON STENT FARMACOACTIVO.
DISFUNCIÓN SISTÓLICA DE VENTRÍCULO
IZQUIERDO MODERADO.
Mi más sincero y profundo
agradecimiento a todo al personal del SUMMA que consiguió estabilizarme y
trasladarme al Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid (El
Saint Gregory) y a todo el personal, sin excepción, del Servicio de UCI y de Cardiología de éste, por su reconocida profesionalidad y el impagable cariño con que fui
tratado durante el tiempo que duró mi ingreso.
MUCHAS, MUCHAS, MUCHAS
GRACIAS A TOD@S.
José Luis, 2ª Temporada
José Luis, 2ª Temporada
Increible!! Muy bueno el ida y vuelta entre la fria jerga medica y el sentir del propio paciente.
ResponderEliminarMuchas gracia Federico, ¡pero el mérito es exclusivamente del paciente y escritor por un día! (¿¿o quién sabe??)
ResponderEliminarMuy interesante Gaby , he disfrutado al leerlo , cuando a uno le viene la muerte es una gran suerte y milagro que un grupo de personas puedan estar tantas horas luchando para que siga viendo la luz y en muchisimos casos lo consigan como en este ,no tiene precio y a uno le queda la sensación de que pase lo que pase habrá unos profesionales dandolo todo el dia que venga lo oscuro , una UCi es un templo de luz
ResponderEliminarMe alegro Oscar. Simplemente somos profesionales de la Medicina Intensiva que intentamos hacer lo mejor posible nuestro trabajo. 9 de cada 10 pacientes sobreviven con el sistema actual y pensamos que los recortes que tanto afectan a todo pueden poner en peligro la calidad de nuestro trabajo. Precioso tu comentario.
EliminarEstaremos eternamente agradecidos a todas las personas que han hecho posible que el autor pueda contarnos la experiencia y por supuesto a Gabi por crear este altavoz en el que darla cabida(a pesar del aupa Atléti).Estoy muy orgulloso de ti papá.
ResponderEliminarPues yo tambien estoy muy orgullosa de que mi hermano haya puesto en marcha esta iniciativa... para los que no somos profesionales del mundo hospitalario, está todo muy bien explicado. El caso de éxito del paciente Jose Luis me ha puesto los pelos de punta y, una vez mas te da que pensar ... gracias a tod@s por vuestros ejemplos y vuestros testimonios...
ResponderEliminarGabi: Tu duda es fácil de resolver, si bien como "opera prima" podría resultar disculpable, reincidir, como paciente, supondría correr un riesgo innecesario y como escritor abusar de la tolerancia de los que, sin duda, se convertirán, si no lo son ya, en asiduos visitantes de tu blog.
ResponderEliminarGracias a todos, incluido mi hijo, por su benévola opinión.
En mi opinion de lo mejor que he leido hasta el momento ... en este trabajo como en muchos otros sin duda es tan fundamental que los profesionales sean competentes como que los medios q les rodean sean los adecuados para realizar el trabajo con exito.
ResponderEliminarJose Luis....mi mas sincera enhorabuena por tu relato. Soy Enfermera del Summa112 y me siento orgullosa de ser el.primer eslabon que hace posible que nuestros pacientes consigan llegar en las mejores condiciones tras nuestra intervencion ,al Hospital que proporcionara los cuidados posteriores necesarios para ellos.
ResponderEliminarAnimo desde aqui a la.poblacion a hacer un uso racional de nuestro servicio para que cuando otro"jose luis".."mercedes"...etc noa necesite estemos cerca y disponibles para esa ayuda inicial tan necesaria y que es directamente proporcional a las posibilidades de recuperacion. Mil gracias por reconocer nuestra dificil labor...lejos de las comodidades de un hospital.Bss
Muchas gracias "Anónima". La expresión "nuestros pacientes", que utilizas en tu comentario, define claramente tu vocación, tu entrega y tu manera de entender la profesión que practicas. En efecto, casi siempre sois anónimos, tan anónimos como lo fueron tus tres compañeros que a mí me tocaron en suerte el día de Navidad y que con su diligencia, pericia y eficacia hicieron posible todo lo que sucedió después. GRACIAS A TI y A TODO EL COLECTIVO AL QUE PERTENECES.
EliminarMira que me sabía esta historia desde el día en que ocurrió (con su angustioso principio y su milagroso final) y al volver a leerla no he podido evitar sentir otra vez un nudo en la garganta y por otro lado un alivio por estar en manos de grandes profesionales. Un abrazo a todos los protagonistas y sobre todo a José Luis.
ResponderEliminarLa verdad es que somos una cadena de trabajo en equipo y pocas veces nos damos cuenta de ello, porque cada uno hace lo suyo y listo. Si la estabilización inicial no se produce, nuestro trabajo en el hospital no se produce. Así que me sumo a la felicitación para los servicios extrahospitalarios, que trabajan en condiciones muy difíciles y duras y que son "los primeros intervinientes".
EliminarSin ellos, hoy José Luis y otr@s tantos no estarían viv@s.
Ya nunca olvidaré ese día. El día del "otro lado de la cama". El día en el que como familiar, y no enfermera, sentí la angustia y el miedo de no saber cómo acabaría la historia. Historia que gracias a tod@s los que trabajamos en esto y a la fuerza de Jose Luís tiene un final feliz :)
ResponderEliminarTengo la certeza de que la doble perspectiva aunque dolorosa, te habrá resultado sumamente enriquecedora y que en el ejercicio de tu profesión dará lugar a un antes y un después. El merito, en este como en otros tantos casos, corresponde exclusivamente a los profesionales que pusieron sus conocimientos, su pericia, su dedicación y, sobre todo, su inmenso cariño, para que cinco días después de llegar debatiéndome entre la vida y la muerte, pudiera salir de allí, despacito, pero por mi propio pie.
EliminarLamento que, el día del alta, la emoción, un nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos, sólo me permitieran dar las gracias, de forma entrecortada, al personal que en aquel momento se encontraba en el "mostrador de la UCI".
Gracias nuevamente a todos.
Esperando que a la tercera sea la definitiva y se pueda publicar.
ResponderEliminarGracias por triplicado. Por hacernos vivir la muerte, algo tan duro de leer, como interesante de vivir y sobre todo compartir.
Gracias por demostrarnos que incluso en estas imprevisibles circunstancias, sigues siendo tú mismo, algo tan fácil de escribir y tan difícil de conseguir.
Y Gracias por dignificar la Sanidad, que sufriendo unas carencias importantes, hacen posible que estas no se noten y que aún así sobresalgan en unas circunstancias imposibles, y gracias a su profesionalidad y enorme corazón hacen posible revertir una situación crítica.
Gracias otra vez por hacernos partícipes de algo tan íntimo y personal.
Un abrazo.
Juan Tercero.
Una historia para recordar... sólo para recordar José Luís...bueno... y para aprender... todo pasa por alguna causa. Espero que te recuperes pronto. Te mando un abrazo.
ResponderEliminarDSC
Genial Jose Luis ¡¡¡¡¡ Aprovecha esta segunda oportunidad y ahora ya tienes motivo para celebrar DOS cumpleaños, pero sobre todo Nunca Nunca pierdas tu gran sentido del humor. Me ha encantado el capitulo del portero de discoteca......Un besazo a ti y tu familia.
ResponderEliminarestoy este blog por INTERÉS familiar-profesional. Por tiempo(falta de él) o por pereza sólo veo algunos artículos y este lo había ignorado.Cuando supe quién era el paciente por mi sobrina (enfermera, matrona, mujer del blogista,cuñada del hijo del enfermo...) lo leí. José Luis sólo una cosa, a veces hay que hacer más caso a las alarmas de tú cuerpo que al corazón o la cabeza
ResponderEliminarGracias por tu consejo Estrella, lástima no haber sido capaz de interpretarlas a tiempo. Seguro que tras lo sucedido pasaré de "despreocupado" a "hipocondríaco", ya sabes, a los españolitos siempre nos ha costado tener término medio.
Eliminar