De vuelta a España tras la aventura vivida en Santa Cruz de la Sierra con José Manuel Velasco. Tantos sentimientos como estrellas en el cielo, tanta admiración y tanto respeto que no caben en mi corazón.
No es casual: hoy cumple este espacio 2 años y toca mirar atrás.
Volver al lugar donde decidí que sería Intensivista hace ya casi 16 años ha sido increíble para mi. Ver a los amigos, recibir ese trato generoso y amable de las personas que tienen escasos recursos y maravillarme de su capacidad de escucha, con atención y sin prejuicios. Simplemente me conmueve.
Y como veis, el tiempo vuela.
Durante 3 días celebramos el I Simposio Internacional Humanizando los Servicios de Salud en Bolivia, con más de 600 personas de asistencia a las 12 charlas que impartimos por diferentes hospitales de la ciudad y en el Colegio Médico.
Nos volvemos con mucho más de lo que llevamos. Una lección de humildad como decía Jose, de la importancia del poder de la voluntad y de amor hacia la profesión. Y la certeza de que queda mucho por hacer, y que es responsabilidad de todos.
Muchas cosas siguen exactamente igual que las dejé. Las condiciones económicas y sociales de Bolivia no son como las percibimos desde España, y basta con sentarse un rato a tomar un jugo con las personas que allí viven para darse cuenta de lo difícil que debe ser para ellos. Expectativa de vida de 63 años, casi 5 hijos por mujer de media y una renta básica de 200 dólares. Santa Cruz creció por 3, pero las camas hospitalarias siguen siendo las mismas: la inversión en salud y educación ha sido mínima en estos 16 años. La mente se abre cuando se conocen más realidades.
Aún así, no le pierden la cara a la vida. No se fustigan, se lamentan lo justo y se ponen manos a la obra. Porque aceptan con humildad que se puede hacer de las Terapias Intensivas lugares más amables para todos.
Llegarán frutos, de eso estamos seguros. De momento, la creación del grupo en Facebook Humanizando la Salud Bolivia además del Centro Boliviano de Humanización de los Servicios de Salud (CBHSS), que se encargará de crear diferentes comisiones en los hospitales para ejecutar las acciones de mejora correspondientes y con el que mantendremos una relación estrechísima y fluida.
De todo corazón, muchas gracias a mi hermano y maestro Alex Castelo, a Iracema Justiniano y a José Luis Prieto por hacernos sentir como en casa.
Y muchas gracias a mi compañero de viaje, que seguro volvió con la sonrisa puesta que te regala América Latina, por sus lugares y sus gentes. Y con la satisfacción de haber hecho un excelente trabajo, nos tomamos un respiro antes de volver.
Si en Bolivia pueden pararse a pensar, no me cabe duda de que se puede hacer en cualquier lugar del mundo.
Solo hay que dejarse llevar por el poder de la voluntad, y tener la actitud adecuada. La revolución del cuidado de lo Invisible ha llegado a América Latina para quedarse.
Juntos sumamos más. Seguimos.
Feliz Martes,
Gabi
Tras replicar algunos estudios, con un tiempo considerable de por medio, comprobamos que hay cosas que cambian poco. Puertas cerradas, informaciones rígidas, déficits en la atención de algunos aspectos...
ResponderEliminarEn algunos entornos esos cambios son más fáciles, sin duda. Pero en todos deben darse unos elementos comunes: respeto, voluntad, humildad, disposición, actitud. Ingredientes básicos para esa revolución tranquila de las emociones.
Una misma imagen repetida después de 15 años refleja que algunas cosas han cambiado poco en algunos aspectos, pero haber podido repetirla pone de manifiesto que SÍ hay cambios en lo que no se ve, lo invisible a los ojos.
Gracias Alex, Iracema, José Luis, como caras de otro grupo que nos han hecho conocer el verdadero significado de las palabras humildad y empeño.
SIEMPRE os recordaré.
Gabi, nos queda "harto" camino con algunas lagrimillas mezcladas con ataques de risas, abrazos, emociones.
Seguimos.
Es un lujo compartir contigo el camino, compañero
EliminarBuenas tardes a tod@s.
ResponderEliminarEnhorabuena amigos. Dos años de inicio de proyecto escrito y casi dieciséis de origen de la vocación. Nada ha cambiado, pero todo es distinto.
Según una leyenda griega recogida por Plutarco: "El barco en el cual volvieron (desde Creta) Teseo y los jóvenes de Atenas tenía treinta remos, y los atenienses lo conservaban (el barco) desde la época de Demetrio de Falero, ya que retiraban las tablas estropeadas y las reemplazaban por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido en un ejemplo entre los filósofos sobre la IDENTIDAD DE LAS COSAS QUE CRECEN; un grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras el otro aseguraba que no lo era."
Tal y como se suceden los acontecimientos, en su justa medida se dan respuesta a todas las EMOCIONES, que con desfachatez, sin pedir permiso y con la potencia que le permiten su convencimiento, irrumpen donde antes no existía ilusión, anhelo, ideas; en definitiva, METAS.
Welcome friends; sin duda “harto” camino, pero ya son dos años de camino.
Gracias.
Félix José Martín Gallardo.
swx20088@gmail.com