En los últimos meses han sido numerosos los artículos de opinión, estudios de investigación o informes de sociedades científicas en relación a la atención a los pacientes en el final de su vida.
Es un tema que preocupa a los ciudadanos y al personal sanitario. Las instituciones sanitarias y los servicios de salud no han conseguido elaborar procesos que, en base al conocimiento científico y respetando las preferencias de los pacientes, mejoren la coordinación de los tratamientos, cuidados y atención espiritual que precisan los enfermos y sus familiares.
Así, la revista New England Jornal of Medicine en su número del 12 de febrero de 2015 publica varios artículos al respecto.
En el artículo End-of-Life Advance Directives se invita a reflexionar y enviar opiniones sobre un caso práctico en el que se plantea qué especialista puede encargarse de la mejor manera de la toma de decisiones con el paciente y la planificación de cuidados. Cómo, cuando y dónde. A primera vista podríamos sugerir una atención coordinada, pero es interesante leer los argumentos de cada parte
Otro artículo interesante es la revisión de las leyes y programas norteamericanos relacionados con el cuidado al final de la vida en los últimos 40 años. Tanto en este texto (Forty Years of Work in End-of-Life Care – From Patient´s Rights to Systemic Reform) como en otro del mismo número (Should we practice what we profess? Care near the End-of-Life) cita el informe Dying in America del Institute of Medicine (IOM), cuyas recomendaciones básicas son:
1. Ofrecer cuidados paliativos integrales y coordinados
2. Mejorar la comunicación con el paciente y la planificación de cuidados
3. Formación sobre los aspectos relacionados con el final de la vida
4. Programas institucionales centrados en la atención al paciente
5. Información a los ciudadanos para conseguir su implicación
La lectura de estos artículos debiera invitar a reflexionar en un primer paso y a actuar después.
En el artículo End-of-Life Advance Directives se invita a reflexionar y enviar opiniones sobre un caso práctico en el que se plantea qué especialista puede encargarse de la mejor manera de la toma de decisiones con el paciente y la planificación de cuidados. Cómo, cuando y dónde. A primera vista podríamos sugerir una atención coordinada, pero es interesante leer los argumentos de cada parte
Otro artículo interesante es la revisión de las leyes y programas norteamericanos relacionados con el cuidado al final de la vida en los últimos 40 años. Tanto en este texto (Forty Years of Work in End-of-Life Care – From Patient´s Rights to Systemic Reform) como en otro del mismo número (Should we practice what we profess? Care near the End-of-Life) cita el informe Dying in America del Institute of Medicine (IOM), cuyas recomendaciones básicas son:
1. Ofrecer cuidados paliativos integrales y coordinados
2. Mejorar la comunicación con el paciente y la planificación de cuidados
3. Formación sobre los aspectos relacionados con el final de la vida
4. Programas institucionales centrados en la atención al paciente
5. Información a los ciudadanos para conseguir su implicación
La lectura de estos artículos debiera invitar a reflexionar en un primer paso y a actuar después.
La Bioética clínica puede ser interesante y entretenida. Esto es uno de los aspectos a mejorar: la Bioética como puro entretenimiento, cuando en esencia es acción.
Para actuar lo fundamental es leer, escuchar, reflexionar, deliberar, proponer y finalmente implementar programas y procesos que mejoren la atención sanitaria.
Con la persona enferma como objetivo.
Servicio de Medicina Intensiva.
Presidente del Comité de Ética Asistencial.
Grupo de Trabajo de Bioética - SEMICYUC
Grupo de Trabajo de Bioética - SEMICYUC
inaki.saraleguireta@osakidetza.net
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